sábado, noviembre 23, 2013

Grandes Equipos en Decadencia - Vol I: La historia del colombianísimo y venerable Unión Magdalena, el glorioso Ciclón Bananero

Cuando uno ve que la lucha por el descenso estuvo restringida a dos históricos como Quindío y Cúcuta, los cuales podrán estar muy hechos mierda pero hacen parte del archivo memoriográfico de la nación, no deja uno de extrañar los tiempos en los que el torneo no estaba lleno de equipos recién salidos de la imagina$ión y empño de algún empresario local. Tiempos en los que uno esperaba en el noticiero los goles de su equipo, jugando de visitante en el peladero del viejo San José de Armenia (donde la imagen siempre salía movida, como si el camarógrafo no llevara trípode) o en el General Santander (en donde, por algún extraño motivo, las imágenes salen siempre incluso al día de hoy, en un evocador color sepia). Y no se deja de sentir jartera ver que su lugar será ocupado por algún rejuntado fundado hace dos o tres años al que lo irán a ver unas cien personas, pero que estará ahí por ser un club MODELO y ORGANIZADO, mientras clubes con más tradición dan bandazos por aquí y por allá sumergidos en campañas nerviosas y conducidas por los murmullos de la tribuna.

Y claro, el Quindío y el Cúcuta están ahí como están no por culpa de otros, sino por años continuos de campañas entre mediocres a directamente horribles. No es culpa de Patriotas que le haya tocado el América más cagado e indigno de su historia, ni de Equidad que - sin importar que lo siguen si mucho tres jubilados con alma de hipsters - lo que han hecho en lo administrativo y deportivo ha sido mejor que muchos otros equipos; ni es culpa de Alianza Petrolera que Nacional lo manteng... ah, no era eso a donde iba. La culpa del mal momento del Quindío y Cúcuta no pasa sino por ellos mismos, pero eso no deja de ser una pena para los fanáticos del fútbol que, como uno, sienten que se va desvalorizando de a poco un torneo en el que la mitad de sus equipos no llevan más de trescientas personas si van mal, ni más de setecientos si van bien.

Toda esta perorata sirve como prolegómeno (?) a esta nueva sección, que sacaremos con una regularidad llevada por la inspiración del momento: haremos una reseña a modo de humilde homenaje de aquellos grandes - o al menos históricos - clubes hoy en decadencia, y por ende, desconocidos para esta generación obnubilada por el Chelsea, el Manchester City y la Yampionslig. Comenzaremos hoy hablando del querido y muy extrañado Unión Magdalena.

Unión Magdalena, the banana power


Para muchos treintañeros y cuarentañeros, hablar del Unión Magdalena es meterse de fondo por el rincón de los recuerdos de aquellos-años. Y no porque el equipo samario fuera el Ballet Azulgrana o la Holanda del 74 de la Bahía. Todo lo contrario: el recuerdo del Unión deja el aire impregnado de partidos ásperos y dificilísimos disputados en una cancha capaz de frenar hasta a la Wehrmacht en su avance por Polonia. Las nóminas del Unión tenían generalmente una impensable combinación de geniales y escurridizos cracks de playa y baldosa junto con monolíticos, rupestres pero voluntariosos troncos metelones en todas las posiciones, con los que te podías ir tranquilo a gritar "Alá y Mahoma valen mondá" en la plaza central de Kabul. Junta lo anterior con un terroso uniforme azulgrana que nunca, jamás, se veía bonito (un misterio muy comentado entre mi generación era el porqué la camiseta del Barcelona se veía tan bacana y la del Unión no... será que éramos unos cipayos (?)) y los partidos en la mencionada cancha - el mítico estadio Eduardo Santos de Santa Marta - y tendrás como resultado el summum de la grossez. 

Equipo del Unión de 1989, que iba derecho para la final hasta que a alguien se le ocurrió matar un árbitro y cancelaron el campeonato. Reconocemos al arquero mundialista por Bolivia, Carlos Leonel Trucco, al "Huevo" Gil (segundo arriba), Orlando "El Animal" Rojas (tercero arriba), Ronald Valderrama (cuarto arriba), Teddy Orozco (cuarto abajo) y el hábil volante Melquisedec (!!!) Navarro (quinto abajo).
Para añadirle más mística al asunto, el Unión jugaba todos los partidos de local con dos refuerzos letales: "La Loca" y "El Morro". "La Loca" de Santa Marta no es nadie conocido de la farándula (?), sino la fuerte brisa que sopla en la bahía y se cuela por la cancha del Eduardo Santos, dándole al balón un efecto por demás (?) estrambótico. Los jugadores locales ya conocían los movimientos de "La Loca" (repito que no vamos a echar ningún chisme), pero obviamente los visitantes no, con lo que los bananeros añadían un plus de peligrosidad a los tiros de lejos o a los centros aéreos. "El morro" era un pedazo pelado, un accidente geográfico de 0.2 m sobre el nivel del mar, que adornaba una de las áreas chicas de la cancha (no me acuerdo cuál). Hasta que ví el Unión en primera no me acuerdo que hayan quitado el dichoso morro, que en la práctica se convertía en un invisible y estático centodelantero que cambiaba casi en la raya el destino del balón chutado por el delantero que se hacía toda la jugada: haz de cuenta un Teófilo Gutiérrez (?). La brisa, el morro, la cancha, la lucha cuerpo a cuerpo de los jugadores del Unión y para rematar, la calientísima agresividad del respetable público que colmaba las vetustas tribunas del estadio, convertían el partido en una parada tan brava que eran pocos los clubes que salían de allí con el culo indemne.

Escudo


El escudo de Unión se sale de la categoría "feo" para pasar a la de "pintoresco". No por los colores, que si le quitas el blanco se convierte en la combinación cromática más hermosa del mundo (?), sino por el particular diseño del mismo. Un hexágono con rayas rojas, azules y blancas y con las siglas "UM" dibujadas a manera de un logo full setentoso, no es más adecuado para lucirlo en la camiseta de un club profesional que en la parte trasera de un bus municipal. Pero por lo mismo aguanta el escudo: debe ser mucho mejor que cualquier invento actual salido de la inspiración de un tipógrafo metido a diseñador. El detalle más atrapante es el gran "SANTA MARTA" que luce como estandarte, orgulloso y marcial, en el escudo. No "Unión Magdalena": Santa Marta, como para reafirmar de donde son y a qué ciudad defienden, con todo y contra todos. Sublime.

Apodo

"El Ciclón Bananero". Según las versiones que recolectó nuestro equipo investigador, el apodo nació del equipo campeón de 1968 haciendo alusión a "La Loca". Nosotros los del Politburó, que somos unos muchachos inquietos (?), nos llama la atención el apodo de "Ciclón" y el uniforme del Unión: imposible que no haya ninguna relación. Lo de "bananero" se refiere a la actividad económica más importante de la región después de la de llevar a backpackers a tirar marihuana a la Sierra Nevada.
La historia del Unión: menos alegrías que un proceso de divorcio

Para hablar de los inicios del club debemos remontarnos hasta 1950, en pleno auge del famoso e infame El Dorado. Ese año vino a Colombia a jugar una serie de amistosos un equipo llamado Hungaria F.C., formado casi en su totalidad por futbolistas húngaros que habían escapado de su país natal oprimido por el stalinismo. El Hungaria jugó dos veces contra Millonarios, una contra Santa Fe, otra contra Medellín y una con el desaparecido Uaaaaacaaaaaaaaaa Shuniaaaaaaaaaarrsss.... digo, Boca Juniors de Cali, dejando en general una muy buena impresión. Tan buena que hasta Ecuador (la siguiente parada en la gira del equipo) fueron los dirigentes del Junior de Barranquilla para proponerele, Imre Danko que se devolviera a Colombia para jugar con el equipo aún no patrocinado por Pastas La Muñeca. Danko  aceptó y se fue para el Junior con otros cuatro compañeros del equipo; desde esa época salió la canción "Se va el magyar, se va el magyar / se va para Barranquilla..."...creo que es así, de pronto estoy confundido... el caso es que la partida de cinco compañeros al Hungaria más desmantelado que el M-19 y, lo peor, en plena gira. Aprovechando la coyuntura, dirigentes encabezados por Eduardo Dávila Armenta (?) contrataron a los jugadores remanentes del equipo para formar un ídem que participara en el torneo colombiano de 1951 bajo el nombre de Samarios. La figura de los húngaros que se quedaron era una reliquia de la preguerra: Gyula (por acá lo llamaron "Julio") Zsengellér, figura de su país en el Mundial de Francia 1938, donde anotó 5 goles y fue subcampeón con su selección. Mira cómo son las cosas: una de las figuras de un Mundial de Fútbol y aparte subcampeón del mundo terminó jugando en Santa Marta. Por cosas como estas es que empiezan a caerse de maduros los lugares comunes del realismo mágico y todas esas huevadas.

El primer equipo de Samarios, en 1951: casi todos eran húngaros. El cuarto de arriba es el famoso Gyula Zsengellér. Había además rumanos, austriacos (!!!) y un yugoslavo. Trivia: adivine los colombianos. 
El equipo terminó ese año en el puesto 14 (sobre 18 equipos) con 10 ganados, 7 empatados y 17 perdidos. Entre las victorias destaca la que hasta el día de hoy es la mayor goleada del fútbol colombiano: un 12-1 (sí, 12-1, con seis goles de Zsengellér) que le empacaron a Universidad de Bogotá, lo que muestra que la crisis de la educación en Colombia viene desde hace mucho rato. A pesar del catorceavo puesto la mecha prendió: el equipo sobrevivió a esos convulsos primeros años del profesionalismo en los que varios clubes desaparecieron. Para 1953 el club toma su denominación actual: Unión Magdalena y, salvo un año en el que fue desafiliado por la Dimayor (en 1955, como sanción por retirarse del torneo anterior antes de finalizar el mismo) y otros dos en los que no participó por problemas económicos, ha continuado siendo parte de la historia futbolística colombiana.

Después de años seguidos de participaciones mediocres, el Unión pega el bananazo (?) en 1968 ganando contra todos los pronósticos - con una nómina plagada de desconocidos a excepción del seleccionado olímpico y futuro campeón con Millonarios y Junior Alfredo Arango - el torneo Apertura, que no daba estrella pero sí cupo a la Libertadores y a la final contra el campeón del Finalización. Que resultó siendo el ultrafavorito y vigente campeón: el Deportivo Cali, que pintaba para repetir título. Sorpresivamente el humilde Unión ganó en la ida en Cali por 1-0 (gol de Aurelio Palacios). En el segundo partido en Santa Marta a Unión lo agarró el cagazo de tener tan cerca la gloria y el Cali se puso encima 2-0 a los 27 minutos del primer tiempo. El título parecía escapársele de las manos a los samarios: pero recuerden que estamos hablando del De-por-tivo CaliUnión puso el 2-1 a los 10 minutos del segundo tiempo, y faltando cuatro minutos para el final empató Ramón Rodríguez. El marcador no se movió más y así, un 15 de Diciembre de 1968, la afición del Unión celebró por primera y hasta ahora única vez en su sufrida historia un titulo de la A.

Nómina en el glorioso año de 1968: Arriba: Pablo Huguett, Manuel Manjarrés, Líder Toledo, Pedro Vásquez, Orlando Hernández, Jaime Deluque. Abajo: José Quiñones, Claudio Lezcano, Ramón Rodríguez, Aurelio Palacios, Marcos García.
Al año siguiente el Unión jugó la Libertadores en el grupo con el Cali y dos equipos venezolanos: Deportivo Italia (¿¿eh??) y Unión Deportiva Canarias (¿¿ah??). Pero solo ganó dos partidos y quedó rápidamente eliminado. Los años 70 vieron al Unión tirando campañas mediocres, salvo en 1979: el año en que América se desvirgó tuvo al Unión -dirigido por el ilustre DT argentino Perfecto Rodríguez - como protagonista y clasificado a los grupos semifinales. Sorpresivamente los samarios ganaron el suyo y clasificaron al cuadrangular final junto a Santa Fe, Junior y América. El Unión llegó de inesperado líder a la última fecha, asegurando título si le ganaba al América en Cali. Pero no se repitió la hazaña: los caleños ganaron 2-0 y los samarios quedaron de terceros debido la victoria de Santa Fe en Barranquilla. La figura de ese equipo era el habilísimo y talentoso Didí Alex Valderrama, primo de un flaco desgarbado que respondía al nombre de Carlos Alberto.

El Unión de 1979, pletórico de grossez: Arriba: Miguel Angel Gasparoni, Roberto Arias, Roberto Carballo, Gabriel Berdugo, José Luis Cebellos, Israel Viloria. Abajo: la gloria y campeón del 68 Alfredo Arango, Guillermo "Efectividad" Serrano, Luis Francisco “Chicho” Pérez (essssssso), el talentoso volante argentino Omar Alfredo Galván, el gran Didí Alex Valderrama
"Ya marica, ya tomaron la foto, abrámonos". Gloria al Pibe por los siglos de los siglos.
Para el año siguiente el Unión volvió a navegar en la total intrascendencia, pero ahora eso no importa: porque 1980 marcó el debut del glorioso e inmortal (de pie, maricas) Carlos Alberto Valderrama Palacio (no, aún no se pueden sentar). La década de los 80 vio al Unión navegar en la intrascendencia: fue tan de malas que el único equipo que pintaba para pelear título fue ese del nefasto torneo cancelado de 1989; el equipo lo dirigía un tal Jorge Luis Pinto. En 1991 al eterno dirigente Eduardo Dávila Armenta le salió un negociado y decidió llevarse al querido Unión para la ciudad de Cartagena: allá jugó un semestre bajo el nombre de "Unión Lotería La Cartagenera". Lo curioso era que a los locutores cartageneros no les sonaba mucho el nombre e insistían en llamarlo en las transmisiones "...sale el Unión La Cartagenera...", en contravía con la prensa y la Dimayor que lo llamaban por su nombre.

La tripleta argentina del Unión durante su aventura cartagenera: el delantero Oscar Denis (le fue horrible), el gran bombardero Héctor Ramón Sossa y el habilísimo Marcelo Enrique Ibañez. 
Unión modelo 92. Arriba: Flaminio Rivas, Orlando Granados, Víctor González Scott, Humberto Polanco, Ronald Valderrama, Carlos Asprilla. Abajo: Ubaldo Barranco (!!!), Marcelo Enrique Ibañez, Teddy Orozco, Guillermo Hoyos, Mario Coll
Y después de coquetear peligrosamente con el descenso, el glorioso Unión bajó a la B en 1999. Ascendió a la A recién en 2002 gracias al famoso invento del triangular pirara del ascenso en Cartagena. Parecía que retornaban con impulso, pero no: en 2005 volvieron a la Primera B y de ahí no han podido salir.

Jugadores insignia

Que el Unión ha tenido el privilegio de haber tenido en sus filas al grandísimo Pibe Valderrama lo sabe hasta Noemí Sanín. Además por sus filas han pasado cracks y/o figuras del calibre del mencionado finalista del mundo Gyula Szengellér, Didí Alex Valderrama, Marcelo Enrique Ibañez, Omar Alfredo Galván o Jorge Ramoa. Pero no nos referimos a ellos cuando hablamos de "jugadores insignia", sino de aquellos con los que uno asocia al recuerdo de la institución por diversos factores: los que eran puesto fijo en las alineaciones del club por años seguidos; los que se hacían notoriamente conocidos por su metodología de frenar los ataques rivales con el viejo recurso de la pata indiscriminada; o los que por su nombre y figura son sublimemente folclóricos. De alguna manera algunos de los que mencionaremos encontraron en el Unión Magdalena su único lugar en el mundo futbolístico. Abajo vamos a hacer un recuento de algunos, totalmente conscientes que se nos van a quedar muchos sin reseñar. Añadimos números a cada jugador para facilidad de los potenciales brutos que nos están leyendo (?).

Se nos quedaron muchos por fuera, pero acá va una humilde selección: 1- Teddy Orozco; 2- Luis "La Puya" Zuleta; 3-Ronald Valderrama; 4- Jairo Calanche Sulbaran; 5- Miguel "El Fercho" González Palacio; 6- Víctor "El Chino" González Scott; 7- Yosvida Fuentes; 8- Orlando "El Animal" Rojas; 9- Felipe Neri Franco; 10- Guillermo "Efectividad" Serrano; 11- Eugenes Cuadrado; 12- Melquisedec Navarro; 13- Lenis Faillace; 14-Tony Salja; 15- Justiniano Peña.
Comencemos: las carreras de Teddy Orozco (1), "La Puya" Zuleta (2) y Jairo Calanche Sulbarán (4) tienen muchos paralelos; son samarios, surgidos de la cantera del equipo, delanteros, pequeñitos, prometieron, incumplieron (?), se fueron para el DIM, les fue horrible en el Poderoso. Los tres sin excepción configuraron carreras de respetables a firmes en el Unión pero fuera del Ciclón Bananero no vieron media. De los tres el que mejor pintaba era "La Puya", que aparte de ser muy hábil tenía una dosis presentable de gol que lo llevó a ser parte de la selección de la Copa América del 97... hasta que llegó al Medallo y se le deglutió la carrera. El malogrado Calanche Sulbarán (QEPD) se dio a conocer en una sub 20; sufrió toda su carrera la confusión de su primer apellido, del que el 99.68% de la gente pensaba era su apodo ("...ese pelao juega bien, el tal Jairo "El Calanche" Sulbarán"). Teddy Orozco también salió de alguna selección juvenil mostrando como principal virtud hacer goles a punta de voluntad y autoconvencimiento (?). En el Unión era i-na-mo-vi-ble. En los otros equipos en los que jugó era in-mó-vil.

La familia Valderrama tenía dos ramales: el de los calidosos (el Pibe, Didí) y el otro, del que hace parte Ronald Valderrama (3). Volante de marca, duró un montón de años como puesto fijo en la nómina del Unión. Jugó por Colombia el Mundial Juvenil de 1987, en el que es aún recordado por cometer el penal por mano más absurdo de la historia del fútbol hasta antes del de Adalberto Román de River en la promoción de 2011. El defensa central Miguel González Palacio (5) era familia del Pibe pero por el lado de la mamá: de él sacó solo el pelo. Recio, áspero, rupestre, agresivo para la marca, jugó en la selección que participó en los recordados Juegos Odesur del 86. Juegos en los que compartió zaga con Víctor "El Chino" González Scott (6), que aunque no se distinguía por su ductilidad, era mucho más leal en la marca y más confiable. Nos parece que Yosvida Fuentes (7) fue algo subvalorado: el recuerdo que tenemos de él era de un volante mixto muy criterioso y sacrificado, con buena creación de juego. De alguna manera es más recordado por su nombre sin tocayo que por su juego.

El recuerdo de Orlando "El Animal" Rojas (8) se ha magnificado con el tiempo. El apodito se lo puso la prensa bogotana después de algún partido en que Rojas se explayó sobre las rodillas rivales: antes de eso le decían simplemente "El Salvaje" (?). Ojo: no era una monja de la caridad, pero tampoco el sanguinario asesino que salía a lesionar al rival. Era, eso sí, un defensa central que salía con todo a despejar el balón, sin importar si con él también se iba algún ligamento del delantero rival, y propenso a usar algunas artimañas (?) para ganar ventaja en los tiros de esquina y cobros de costado. Jugó en el Junior de Comesaña y en el Millonarios (creo). El delantero paraguayo Felipe Neri Franco (9) es un infaltable en los recuerdos del fútbol ochentoso, y el talismán de estos genios. Su melena apocalíptica y su barba mesiánica le valieron el mote de "El Apóstol", y a decir verdad salían ondeando bastante seguido en la transmisión de los goles de los domingos por la noche. Luego del Unión fue a Cúcuta, de ahí al Olimpia donde fue campeón de América (!!), y después a varios clubes de España.

El delantero Guillermo "Efectividad" (glorioso apodo) Serrano (10) alternó los setentas y ochentas entre el Unión y el Deportivo Cali. Eugenes Cuadrado (11) se hizo conocer ante el país por ser sorpresivamente convocado por el doctor Gabriel Ochoa para la eliminatoria de México 86. Volante central muy limitado y sacrificado pero, eh... muy sacrificado (?), jugó solamente en la victoria 2-0 a Venezuela en El Campín. A Melquisedec Navarro (12), Lenis Faillace (13) y Tony Salja (14) los incluímos no solo por su respetable carrera en el equipo, sino por la absoluta gro-sez de sus nombres. Y por último, al defensor Justiniano Peña (15) lo incluímos por ser uno de los últimos surgidos de la cantera del equipo con cierto éxito a nivel nacional: fue parte de la nómina del único titulo del Deportes Tolima.

*****************************************************************************
Y esto es todo lo que tenemos para decir del Unión. Ah, no, falta algo: vuelve, Unión. Vuelve, que la A te está esperando. Y si de paso vuelves bajándote al Alianza Petrolera, te recibiremos con más alegría. Por el espíritu de los voluntariosos campeones del 68...


Nota: Las fotos se tomaron en su mayoría de este sitio de facebook del Unión Magdalena, y de la web oficial del equipo.


martes, noviembre 12, 2013

Guía LMDF para Dummies de las selecciones de Islandia y Jordania (aproveche antes que desaparezcan del panorama)

Debe ser muy deprimente vivir estas épocas en ya se comienza a sentir el olor a Mundial desde la cocina, y ser un aficionado al fútbol en uno de esos países de tradición futbolera pasada como Austria, República Checa, Hungría o Polonia. Estar viendo la fiesta desde lejos, desde el balcón. Acordarse de las épocas en que a la selección de uno la respetaban – y hasta temían - en cualquier cancha, mientras hoy tienen que salir desesperadamente a agarrarse de nacionalizados, descendientes de locales que nacieron en otro país y a duras penas balbucean el idioma, o hijos de albaneses, turcos, serbios, filipinos o caboverdianos nacidos en el país, para no dar tanta pena en competencias internacionales. Debe ser muy frustrante llevar años sin dar pelea ni en el Der Pony Fußball, y asistir (o participar) en airadas tertulias en cafés de Viena, Salzburgo o Budapest, con señores de sombrero y chal encogotados discutiendo a voz en cuello por la decadencia del fútbol de su país, que a su juicio empezó cuando le dieron el patrocinio del campeonato a refrescos Pöstobönn.

Y  para rematar, peor se sentirá uno al ver como selecciones de países donde el fútbol es menos practicado que deportes como la caza indiscriminada de focas o refugiar palestinos en su territorio, todavía tienen unos días más de expectativa, ansiedad interminable y bacana, nervios, desconcentración masiva de empleados en sus actividades en las oficinas y venta de camisetas piratas en las calles (“¿Qué si aguanta? Claaaaro, jefe, ésta la sacan de la misma fábrica donde hacen las originales, vea – la estira -, le aguanta el frío, la nieve y la aurora boreal… llévesela por 1000 króna…”). Nos referimos precisamente a los dos invitados más inesperados de esta última jornada de eliminatorias al Mundial: las selecciones de Islandia y Jordania. De las cuales vamos a hacer una reseña para todos ustedes, porque muy seguramente no tendremos oportunidad de volver a escuchar de ellos en el futuro.

Islandia

Apodo: Strákarnir okkar. Que como todo el mundo sabe, significa “Nuestros chicos”.

Medio ochentero el escudo
Reseña general: Islandia ocupa el territorio de una isla en el Atlántico Norte, ubicada entre las islas británicas y Groenlandia (más pegado a este que a aquellas). Pero no es el infierno congelado que uno se imaginaría con esta referencia: gracias al efecto de las corrientes marítimas que vienen desde el Golfo de México – por las noticias se ve la calentura que sale desde México -, el clima es agradable y propicia la vida en común y la salida de sofisticados sistemas financieros propensos a colapsar abruptamente dejando a sus habitantes en la ruina. En el país viven 331 mil almas, de las cuales un 7% son inmigrantes polacos y lituanos principalmente, más un montón de naciones cada una de ellas representada cada una por tres o cuatro gatos desprogramados. Entre las cuales con toda seguridad debe haber mínimo un colombiano con tienda montada en algún barrio residencial de Reykjanesbær. El pueblo islandés desciende de colonos noruegos que habitaron la isla desde el siglo IX y de celtas irlandeses y escoceses que llevaron como esclavos aquellos; me imagino que esta tiene genes noruegos predominantes y esta otra tiene fuerte influencia escocesa e irlandesa…

La Liga: Se está jugando desde 1912 (!), y actualmente la componen 12 equipos de todo el país. El Boquita del Atlántico Norte (?) es el KR Reykiávik – camiseta de rayas blancas y negras -, club que aparte de ser el más ganador de la historia de su liga (26 veces) es el más antiguo de todos (114 añitos nada más). Le pelea el Valur Reikiávik - camiseta roja - , campeón 20 veces pero que en los últimos años ha perdido fuelle en desmedro (?) del FH Hafnarfjörður (allá si quiero ver a William Vinasco y al Cantante del Gol acertarle a los nombres así sea de los equipos que están jugando), club octagenario que solo en los últimos años se ha podido ganar sus únicos seis títulos de su historia. Nunca se han destacado a nivel de la UEFA.

La barra del KR Reykiávik.
La selección: Ni el islandés más fanático y perdido en las drogas blandas y duras hubiera previsto que en Noviembre vería a su selección no solo viva, sino además disputando un cupo a Brasil en la misma jornada que Francia, Portugal o Suecia. Porque la trayectoria de la selección islandesa desde sus inicios ha tenido menos satisfacciones que trabajar limpiando baños: su primer partido resultó en una derrota por 3-0 en Julio 17 de 1946, contra Dinamarca en Reikiávik. Participaron por primera vez en eliminatorias al Mundial de 1958 (contaron por culeadas cada uno de sus cuatro partidos), pero como que la experiencia los dejó tan aburridos que se abstuvieron de participar otra vez hasta Alemania 74 (en vez de cuatro fueron esta vez seis clavadas). Fue hasta los partidos hacia Argentina 78 que Islandia ganó su primer partido de eliminatorias: un justo 1-0 contra Irlanda del Norte. Todos estos años la selección islandesa ha sido uno de esos países de relleno antes incluso de la aparición de las doscientas selecciones intrascendentes en Europa; uno de esos que si sacan un empate ante un grande lo ponen en crisis. Incluso en las eliminatorias pasadas les fue horrible: quedaron de últimos en el grupo 9 de Europa. Pero mejoraron notablemente su actuación en las eliminatorias a la Euro 2012, ya esta vez quedaron de penúltimos en su grupo con solo un triunfo en ocho partidos.
Aquí celebrando que, por primera vez en su historia futbolística, no eran horribles
Por eso nos atrevemos a decir que lo más notable de la historia de su selección hasta antes de esta repesca fue el ser protagonista de un hecho anecdótico: ha sido la única selección de fútbol en la que han jugado padre e hijo en un mismo partido internacional. Fue en un ya histórico (?) 24 de Abril de 1996, en Tallin, en un Islandia - Estonia: a los 17 minutos del segundo tiempo sale el prócer local Arnór Gudjohnsen (79 partidos y 14 goles con su selección – ojo que hacer 14 goles con estos debía ser como ser capaz de tocarle el culo a Michelle Obama en su dormitorio en la Casa Blanca) y lo reemplazó en cancha nada menos que su hijo, el grossísimo Eidúr Gudjohnsen. Nos imaginamos al Gol Karäköll repitiendo ese partido un montón de veces cada vez que jugaban con Estonia.

Lástima que no tenga descendencia futbolística. Sino capaz que rompíamos el record no solo con hijo sino hasta con nieto (?)
Figuras históricas: El único islandés conocido aparte de Björk es el ya mencionado Eidúr Gudjohnssen, que aparte de hacer una carrera bastante digna por las ligas europeas (hoy sigue jugando en el Brujas) es el mayor goleador de su selección con 24 goles en 70 juegos. Pero antes de Eidúr un islandés derramó fútbol por Europa: se llama Ásgeir Sigurvinsson, volante ofensivo que jugó en Standard Lieja, Bayern Munich y Stüttgart entre 1973 a 1990. Con el Stüttgart se hizo más conocido: a él se le veía en las viejas transmisiones ochenteras de la Bundesliga de la Transtel, según me contó un amigo… no me tocó esa época (?). Jugaba con ellos cuando perdieron la final de la vieja Copa UEFA contra el Nápoli de Maradona en 1989.

El grosso de Ásgeir Sigurvinsson cuando jugaba en el Stüttgart
Figuras actuales: en la selección sigue jugando Eidúr Gudjohnssen, pero su convocatoria y la frase “su experiencia le aporta bastante al grupo” van muy ligadas (?). Porque las verdaderas figuras son el mediapunta del Tottenham Gylfi Sigurdsson y el delantero del Ajax Kolbeinn Sigtórsson, que son los que en gran medida han llevado al equipo a seguir vivo hoy a punta de goles.

DT actual: el sueco Lars Lagerback, el que fue DT de su selección en los mundiales de 2002 y 2006. 

Pronóstico: Cuando salió anunciado el resultado del sorteo, el DT croata Niko Kovac declaró “esto es pan comido, papá! No falta ahora que mis jugadores se vayan a cagar…”. Mentiras, en realidad dijo: “Estoy contento con el resultado del sorteo, pero sabemos que va a ser un partido exigente, porque ellos también quedaron segundos de su grupo. Por tanto, nos esperamos una contienda difícil.”. Bue, lo mismo. A pesar que Croacia está en una inquietante curva descendente en los últimos meses, son ultrafavoritos para pasar al Mundial por individualidades y por experiencia. Aparte juegan en Zagreb la vuelta. Rogamos que al menos los islandeses los logren asustar en la ida y los pongan a parir feo en la vuelta, para que esto sea siquiera entretenido.

Jordania

Apodo: الشجعان. ¡Muy bacano el apodo!

Que cómo es el apodo: Al Nashama: Los Valientes. Y sí, bacano el apodo.

Marica, cipote de escudo... uyyy, quietooooo....
Reseña general del país: Jordania lleva más de 2000 años viendo sus tierras pisadas por algún invasor: desde hititas, egipcios, israelitas, asirios, babilonios, persas, griegos, árabes, otomanos, cruzados, turcos hasta el más cruel y sanguinario de todos: el capitalismo yanqui (?). Después de la Primera Guerra Mundial (o sea, 1918, brutos) lo que hoy es Jordania quedó en manos de los británicos hasta 1946, año en el que el país se independizó bajo el nombre de Transjordania (lo cambió a la denominación actual en 1950). Durante casi toda la segunda mitad del siglo XX el país se dedicó a juntarse del lado árabe en el juego de pelear y perder guerras continuamente contra Israel, hasta que la paz definitiva en 1994 dejó todo más o menos tranquilo. El hecho más conocido que pasó en Jordania a nivel mundial es cuando ocurrió lo del man barbado al que otro le echó agua en el principal río del país, hace como unos dos mil años.

La Liga: se juega desde 1944, y la juegan actualmente 12 equipos. El más importante del país es el Al-Faisaly (¿eh?), campeón 30 veces de la liga y dos veces de la Copa AFC. Pero ojo que esta Copa no es la misma Liga de Campeones asiática: es una Copa alterna jugada entre los campeones de los países “en desarrollo” (!!!!). O sea, una Merconorte asiática. Más pirata que estreno en DVD de mil...

La selección: Eso de que el tradicional viaje por tierras exóticas de la selección uruguaya cada cuatro años iba a ser por Amán engañó hasta a las casas de apuestas. Jordania disputó su primer juego internacional en 1953 con victoria contra Siria. Pero hasta ahí los trajo el río Jordán (¡TURURUM PISH!): no se destacaron en ámbito internacional desde ese entonces. Tampoco los ayudó que su experiencia se limitase en su gran mayoría a partidos con países vecinos que eran igual de muertos que ellos. Su primera eliminatoria mundialista fue para México 86, donde quedaron eliminados rapidito. En las eliminatorias asiáticas siempre eran de los primeros caídos en combate; sin embargo, en los últimos años han mostrado una notable mejoría llegando incluso dos veces a cuartos de final de la Copa Asiática.

Montaña de jordanos celebrando el gol en la ida contra Uzbekistán
Figuras históricas: ehhh… este jugador que era bien calidoso… ehhh, ¿El Rey Husseín?

Figuras actuales: Hay tantas que no sabemos cuál nombrar (?). La mayoría juegan en la liga jordana o en la ligas árabe, kuwuatí o de Bahreín. Este punto se los dejo de tarea (?).

DT actual: el egipcio Hossam Hassan, histórico ex-goleador de su selección en los noventas.

Pronóstico: este servidor, en su fiebre enferma mundialista, se vio dos partidos de los jordanos en estas eliminatorias: contra Japón (ganaron 2-1 en Amán) y la vuelta de la repesca asiática contra Uzbekistán (pasaron por penales después de un sufridísimo 1-1 en 120 minutos). Al equipo se le ve, no sé, oficio y ganas, pero por momentos son más ingenuos que Belisario en los acuerdos de paz: movimientos muy robotizados, menos gambeta que Pepe Portocarrero, mucho nervio. Uzbekistán no pudo con ellos por lo difícil que le resulta a un equipo medio poderoso pero con pocas variantes, pasar por encima de diez tipos con el culo pegado contra su arquero, pero con Uruguay no va a ser así la cosa. Pronosticamos un injusto 0-1 en Amán y una clavada de dimensiones apocalípticas en el Centenario, en donde a los pobres jordanos les hará el cocho achí apenas entren a la cancha y sean recibidos por el fraternal saludo de la parcialidad charrúa.

""Que loca está esta banda / la más loca de Jordania / con el aguante de esta hinchada / nos culeamos hasta a Espania (?)/ esta es la banda de Abdúllah / de Husseín y de la reina Noor / a los putos charrúas / les patearemos el toor"

domingo, noviembre 03, 2013

Dos maldiciones Dos no necesariamente tan conocidas del fútbol mundial

Nota previa: Un inconveniente que hemos tenido los miembros del Politburó a lo largo de la historia de este bló es tener una vida: eso hace que a veces las publicaciones de La Monserga del Fútbol salgan más a destiempo que Angel David Comizzo cuando jugó en el América . Por eso este post, que debía haber visto la luz (?) este 31 de Octubre apenas pudo ser completado hoy. Le pedimos a nuestros lectores que sean comprensivos y que entiendan que el guayabo/resaca de hoy aún está emparentada con las celebraciones propias del día en el que muchas mujeres se disfrazan de putas y las brujas salen de la casa con uno.

¡Qué mejor que el día de los Difuntos (aka Halloween/Jalouín/Noche de las Brujas/31 de Octubre) para hablar de las maldiciones en el fútbol! Porque no vamos a tener la obviedad de escoger el día de los muertos para hablar de Diego Álvarez o de Luis Alberto "El Tigrillo" García: más misterioso y hasta hipster (?) recordar dos maldiciones que han sufrido sendos desafortunados equipos con las consecuencias que miraremos a continuación. Dos maldiciones que han sido peores que ser hincha del Deportes Quindío o ser árbitro y pitar un penal en contra de Arsenal de Sarandí¡NO OS MURÁIS DE MIEDO! (Huy, parcero, se dejó llevar...) (?)

Otra nota: que no, NO vamos a hablar de las maldiciones de Garabato y de Artemio Villanueva, porque se las conocen hasta en las tertulias futbolísticas en Katmandú. 

La maldición de Béla Guttman y el Benfica

See, ahí donde ven al viejito bonachón, le echó cipote de maldición al Benfica
Los antecedentes: Si no fuera porque estamos hablando de uno de los clubes más laureados y respetados de Europa, no estaríamos diciendo "maldición" sino "peitos-congelados". El glorioso Benfica de principios de los 60 era un equipazo que llenaba a los contrarios de fútbol y goles, sobre todo de la mano (bue, de los pies) del cuarteto ofensivo Coluna – José Aguas – Simões – y el grandísimo Eusebio. Tanto poderío se demostró en las canchas europeas ganando la Copa de Campeones (lo que hoy se denomina "lachampionslig") en 1961 (al Barcelona) y 1962 (al propio Real Madrid). El técnico del equipo era el señor Béla Guttman, venerable técnico húngaro que recaló en las Aguilas con la experiencia de haber dirigido catorce equipos en ocho países (!!!!) - tiene más recorrido que Carla Giraldo -, y que tenía la máquina aceitadita y funcionando. Nos referimos al Benfica, malpensados de mierda. Ahora, en momentos de éxito nada más adecuado que un dirigente innovador que quiera implementar esas medidas tan necesarias para cambiar lo que está funcionando bien: no bien ganó Benfica su segunda Copa de Europa cuando le avisaron al señor Guttman que listo, que gracias por todo. Fue ahí que don Béla se emputó y dijo a los dirigentes: "Sin mí, el Benfica jamás volverá a ser campeón, muajajajajajaja” (puede que esto último haya sido añadido libremente por el autor)

Las consecuencias: Tal cual. Al año siguiente Benfica no pudo hacer la tripleta: el aún no tan poderoso Milan le ganó la final. Y hasta el sol de hoy no ha sido capaz de ganarse un torneo internacional: después de la maldición de don Béla las Aguilas jugaron en total cinco finales más de la Copa de Europa y todas las perdieron: la ya mencionada de 1963, la de 1965 (contra Inter), la de 1968 (contra Manchester United), la de 1988 (contra el PSV Eindhoven, por penales) y la de 1990 (contra Milan). Suerte que se extendió a la Copa de la UEFA y su sucesora, la Europa League: perdió la final de 1983 (contra el Anderlecht) y la de 2013 (esa del Chelsea con el gol de Ivanovic a los 93 minutos).

Momento en que el gran Hans van Breukelen le volvió a recordar a Benfica que la maldición estaba vigente, en 1988
¿Se deshizo la maldición? Hasta hoy, no. Don Béla se murió en 1981 y el Benfica sigue sin poder ganar afuera de su casa. Y mientras sigan con contrataciones como estas no van a romper la maldición ni teniendo a Jesucristo de entrenador... 

La maldición de doña Dora - una respetada señora que trabajaba en oficios arcanos en un pueblo llamado Chascomús - a Quilmes

De por sí debe ser una maldición vivir en esta gonorrea de pueblo. Con el debido respeto a los habitantes de este hermoso lugar llamado Chascomús (?)
Los antecedentes: Esta historia es archidivulgada por varias páginas pero, según pudimos investigar, todas parten de una versión que está parcialmente errónea en varios detalles importantes - la magia del copy paste y su invaluable aporte a la investigación periodística-. La historia es la siguiente: aunque de vez en cuando se ha pegado uno que otro logro (incluso fue campeón argentino en 1978), el Quilmes Atlético Club ha sido animador habitual de la segunda categoría del fútbol argentino (eufemismo para decir "equipo ascensor", que a su vez es un oxímoron de "pasan en la B más que en la A". ¿Se entiende?). Para el torneo de ascenso 1993-1994, el club asociado con la mejor cerveza de todo el mundo (?) llegaba a la trasantepenúltima fecha de segundo a un punto del líder Gimnasia y Esgrima de Jujuy en un reñido duelo por el ascenso directo (el campeón ascendía directo a la A, mientras que del segundo al séptimo tenían que jugar un playoff para decidir el segundo ascendido). Quilmes llevaba ya una racha de varias fechas con un desempeño digno de Antanas Mockus: mostrando muchas ideas pero sin capacidad de agarrar el liderato. Vez que Quilmes ganaba, Gimnasia de Jujuy también, vez que el otro empataba los cerveceros no ganaban. Así ni modo, viejo.

Tal parece que tanto parto y tanta angustia y tantas ganas de agarrar la punta (ayyy) llevó a algunos dirigentes de Quilmes a pensar una ideota: en obtener la invaluable y eficaz ayuda de las fuerzas del inframundo. Fue así que viajaron hasta un pueblo de la Provincia de Buenos Aires llamado Chascomús a contactar a una señora que, como Álvaro Uribe Vélez, se rumoreaba que tenía trato habitual con ciertas fuerzas oscuras. En fin, los dirigentes fueron hasta allá y le pidieron a doña Dora - la señora en cuestión - la contratación de sus servicios para lograr dos cosas concretas: 1) que para la fecha siguiente Gimnasia y Esgrima de Jujuy perdiera su partido contra Douglas Haig, y b) que Quilmes ganara su partido contra Deportivo Morón. Todo clarito.

La siguiente fecha vio como Gimnasia perdía estrepitosamente 3-0 de visitante cortando un invicto de trece (!) fechas, mientras que Quilmes ganó pero no. O sea: iba ganando 2-1 tranquilo de local cuando en medio del partido a los descerebrados de siempre se les dio por lanzar una bomba de estruendo a la cancha, y el partido se suspendió. Doña Dora fue oronda a cobrar la plata que le debían por el trabajo (las crónicas coinciden en que el trato fue por cuatro mil pesos argentinos) pero los dirigentes, en un alarde de temeridad se negaron a pagarle a la señora con el argumento que "el trabajito no se completó porque nosotros aún no hemos ganado el partido". Convengamos que desde el punto de vista de indicadores de negocio (?) los manes tenían razón, pero hay que ser bruto para confiar en los poderes de una señora para torcer los destinos de dos partidos de fútbol, pero despreciarlos para hacerle una afrenta. Claro, doña Dora no estuvo de acuerdo y se emputó “Se van a acordar de mí, pirobos hijueputas”, o algo así parecido dijo.

"Ay, marica, otra vez..."
Las consecuencias: Y se acordaron. En la reanudación del cotejo suspendido Deportivo Morón le dio vuelta al partido y ganó 3-2 (con desperdiciada de penalti a favor de Quilmes incluida). Ergo, se le escapó la punta, que terminó de dejarla ir en las tres fechas restantes: los cerveceros se terminaron de caer empatando dos partidos y perdiendo el otro, mientras que los jujeños ganaron dos juegos y se coronaron campeones. Quilmes jugó el consiguiente playoff y quedó eliminado rapidito. Desde ahí duraron ocho años más sin poder ascender, y veamos cómo le fue cada año para que ustedes decidan si estaban cagados o qué:

  • 1994-1995: terminaron séptimos en la tabla, y fueron eliminados en segunda ronda de playoffs por Godoy Cruz (cada uno ganó su partido 1-0, pero pasaron los mendocinos por estar mejor ubicados en la tabla general)
  • 1995-1996: terminaron onceavos y fuera incluso de los playoff.
  • 1996-1997: quedaron sextos en la tabla, a un puesto de los playoff.
  • 1997-1998: llegaron a semifinales de los playoff, donde los eliminó Aldosivi de Mar de Plata (!) luego de empatarles de visitante y perder de local 2-0.
  • 1998-1999: los eliminó Atlético Rafaela en segunda ronda de playoff.
  • 1999-2000: al quedar de segundo en la tabla llegó a la final por el ascenso, donde perdió con Huracán. Por ser perdedor de la final tuvo su segunda oportunidad por el segundo puesto del ascenso pero perdió su serie contra Los Andes. Aún así, tuvo una oportunidad más de ascender en la promoción con los relegados de Primera División, y la perdió también (!!!) contra Belgrano, que remontó un 3-1 en el partido de ida con idéntico marcador y se quedó con el puesto encima de los quilmeños por ventaja deportiva.
  • 2000-2001: Otra vez llegó a finales de los playoff por el ascenso (esta vez por quedar de primeros en la tabla general), pero perdió con Banfield. Al igual que el año anterior, tuvo su segunda oportunidad por ascender pero perdió su serie contra Nueva Chicago. Y de nuevo jugó la promoción, y la perdió otra vez contra Belgrano, que al igual que el año anterior se quedó en primera por ventaja deportiva (1-0 ambos partidos) (!!!!).
  • 2001-2002: quedaron de segundos en la tabla general detrás de Olimpo, que se ganó el puesto de ascenso directo. En la promoción por el segundo puesto al ascenso cayeron rapidito contra Atlético Rafaela. Ese año no hubo más oportunidades para perderlas...

Resumiendo: una combinación de increíbles cagadas propias, malignidad del reglamento (varios años terminó primero o segundo pero el ascenso se decidía con unos absurdos y maratónicos playoff) e impericia terminaban siempre dejando a Quilmes con el sabor amargo de llegar de primero a la puerta donde era la fiesta pero ver como todo el mundo entraba y ellos no. Lo del 2000 y 2001 fue, en particular, digno de entrar en los anales de las lechoneadas modernas.

¿Se deshizo la maldición? Sí. Luego de tanta churreteada continua, los hinchas le dieron validez a la eficiencia de la maldición de doña Dora. En un año en particular (las crónicas no se ponen de acuerdo en qué año) un grupo de directivos decidió viajar hasta Chascomús a hablar personalmente con la señora y pedirle que, por favor, no se meara más en los destinos del club. Al llegar al sitio no pudieron hablar con la doña por motivos de fuerza mayor: se había muerto (?). Entonces decidieron darle contentisho y le dejaron cipote de ofrenda floral en su tumba en el cementerio del pueblo. Pero al constatar que Quilmes seguía penando en el ascenso decidieron investigar qué pasaba: se encontraron con que las lumbreras habían dejado la ofrenda en la tumba que no era (!!!!!). Corrigieron el error pero nada que se acababa la mala racha. Y cómo se iba a acabar así no más: todos los que somos maridos y novios sabemos lo crueles y vengativas que son las mujeres, y lo mucho que tardan en perdonar una afrenta (mira esta señora, que hasta con años de muerta seguía enojada)...

Doña Dora al fin se calmó cuando un hincha visitó su tumba y ofreció llamar a la hija que estaba esperando (la señora del hincha, se entiende) con su nombre. La niña nació, le pusieron de segundo nombre el mismo de la iracunda nigromante, y unos meses después, en 2003, a Dorita le tocó vivir aún de bebé el tan anhelado regreso de Quilmes a primera...