La Monserga del Fútbol se complace en anunciar a la galaxia el nacimiento de una nueva sección: LMDF (léase "Al Em Di Ef") Perfiles, la cual se dedicará a hacer una hermosa (?) semblanza de la vida y obras de personajes conocidos en el fútbol. Sabemos que por ahí hubo algunos imitadores, como algún canal deportivo de habla hispana que se nos adelantó con la idea hace muchos años. Bueh, si se nos adelantó no quiere decir que nos imitaron, pero lo que se trata es de echar cizaña. La cosa es que hoy queremos comenzar con una semblanza del personaje futbolístico más mentado (jejeje) en la última semana: Hernán Darío "El Bolillo" Gómez. Siéntese, lea y disfrute en compañía de sus contertulios y familiares!
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Hernán Darío Gómez Jaramillo nació en Medellín el 3 de febrero de 1956, en el hogar del señor
Gómez y de la señora de
Gómez. Desde muy pequeño mostró talento para el balón, siendo permanente escogido en las recochas callejeras para prestar la pelota para que todos tuvieran con qué jugar. De esas épocas en las que el aún-no-llamado-Bolillo se quedaba pensativo, sentado en la acera, viendo a sus compañeritos y a sus hermanitos jugar (entre ellos un precoz
"Barrabás" Gómez, que ya de niño tenía bigote), desarrolló su pasión por el banco y por la banca.
Como futbolista, su carrera comenzó en 1973 cuando hizo parte de la selección juvenil de
Antioquia que jugó el campeonato nacional en el mismo año. Su actuación levantó comentarios positivos entre sus familiares, particularmente entre su tía Eufemia y su prima Luz Dary. Para 1975 el
Deportivo Independiente Medellín, club que históricamente se caracterizó por tener una visión casi obstétrica para las contrataciones, se fijó (es un decir) en
Hernán Darío Gómez, y lo contrató para reforzar (es un decir) su nómina. En el club paisa, el aún-no-llamado-Bolillo duró hasta 1980.
Fue durante su estadia en el
DIM que se produjo un hecho histórico: la creación del apodo de "Bolillo". El autor fué nuestro querido (de pie, carajo)
Boricua Zárate (sentarse, menos hinchas de Nacional (?)), que al ver al aún-no-llamado-Bolillo llegar a la práctica totalmente rapado (¿alguna tendencia punk de la época?), se cagó de la risa y le dijo que "
pareces un Bolillo, marica". De ahí el apodo que, como el gran
Boricua en la cancha, pegó bastante. Tanto, que hoy en día uno habla de
Hernán Darío Gómez y de una piensa en el Bolillo (favor abstenerse de explotar las posibilidades gay de la frase anterior). Y lo mejor de todo, desde éste momento aquí ya podemos llamarlo "
Bolillo" Gómez en vez del "aún-no-llamado-Bolillo".
Viendo que en el DIM su futuro como futbolista corría riesgo de estancarse saltó al rival de patio en 1980, club en el cual sí se estancó definitivamente. Salió en la foto de "
Campeón 1981" y alternó diversos lugares en el banco, hasta que su rodilla o el presidente del club - no se sabe - dijo "
Ya no más" en 1984, y se retiró definitivamente de la práctica del fútbol. Retrospectivamente podemos decir que no le fue mal: fué convocado a la selección mayores de
Antioquia en 1976 (sí, en esos tiempos habían selecciones mayores regionales) y a la de
Colombia que jugó los
Centroamericanos y del Caribe en 1978.
El Gran $alto Hacia Adelante
Fué en ese momento cuando dió el gran salto en su carrera, ese mismo que nos tiene a todos en Colombia preguntándonos hoy "
¿¿¿¡¡¡Que qué!!!??? Otra vez el %&#!!* del Bolillo? Nooooo!!!": un tal
Francisco Maturana, recio y técnico defensor recién retirado, lo invitó a ser su asistente técnico en
Nacional de 1987. Con el
Filósofo de Ébano el Bolillo comenzó su carrera como DT, aunque en realidad en la cancha le tocaba el papel del tipo que gesticulaba desde el banco mientras Pacho se quedaba mirando al vacío, pensando en las posibilidades tácticas de la defensa en línea en vez del líbero y stopper, o en los pajaritos, qué voy a saber. Con el
Optimista de Murindó el Bolillo se dió a conocer ante la opinión pública al ser su mano derecha en la Libertadores del 89 y en los Mundiales de 1990 y 1994.
En 1991 fué nombrado DT oficial del
Atlético Nacional. Le fue tan bien que lo sacó campeón en 1991, jugando un muy buen fútbol y con ¡¡¡¡¡
Omar Franco!!!!! como arquero titular. Alternó hasta 1995 entre el club verde y la selección, hasta que en 1995 se apropió del combinado patrio como DT en propiedad. Curiosamente, desde ese año comenzó la época dorada del Bolillo y el debacle de Pacho: no queremos concluir nada...sólo interpreta mi silencio (?).
Con la selección Colombia le fué masomeno: clasificó fácil (aunque con un leve bajón en medio de las eliminatorias) al Mundial de
Francia 98, en donde tuvimos una actuación bastante gris. Sacó a la selección 3ra en la
Copa América del 95, y logró un 9no lugar en la del 97. Tuvo momentos bastante positivos, pero tambien unos lunares (qué lunares, verrugas) del tamaño del pasivo de
Millonarios: fué tan entusiasta cultor de la llamada "
rosca" que prefirió poner de titular en el Mundial al
Chaka Palacios (!!!!! a la n) banqueando al grandísimo
Iván Ramiro Córdoba (que en esa época corría bastante, marcaba mucho y pegaba poco), o llevar a
Aristizábal en contra de la opinión de todo el país inteligente, pensante o siquiera capaz de agarrarse el culo con una mano. Su temperamento algo díscolo (?) lo traicionaba seguido, como aquella vez que dijo en Manizales que "
Ustedes aquí sólo saben de toros, no de fútbol"; frase que aunque muy cierta (?) fué bastante desafortunada.
"...y ustedes dos se me dejan de andar tirándoselas de figuritas, que aqui el eje del equipo es Aristi..." Sus aventuras por Ecuador
Con ese palmarés bajo el brazo fué reclutado por la
Federación Ecuatoriana de Fútbol para dirigir la Selección de Mayores de ese país. Recordemos que
Ecuador nunca había clasificado a un Mundial de Fútbol, a pesar de contar con grandes figuras como
Alex Aguinaga, Alberto Spencer y....éste, tantas otras que seguramente habrán existido pero que nadie conoce de su existencia (?). El caso es que los ecuatorianos venían bien, llevando un proceso de varios años comenzado por
Dusan Draskovic y continuado (mas no aprovechado) por
Pacho Maturana. La camada de jugadores surgida de esos procesos y el buen manejo del Bolillo por parte del ídem (nos referimos a la disciplina impartida) resultó en la clasificación, por primera vez en su historia, del país de Delfín Quishpe a un Mundial de Fútbol, en
Corea-Japón 2002.
¿El balance del Bolillo en Ecuador? En general bueno: alternó momentos brillantes (como el de la foto de abajo) con momentos grises, como el 6-1 que le metió
Argentina en la Copa América 2004 que le significó su salida. Tambien se llevó de ese país el recuerdo de un
atentado sufrido en 2001, al parecer cometido por un padre ofendido porque el Bolillo se oponía a la convocatoria de su hijo (nieto del ex-presidente
Bucaram) a la selección sub 20. Situación que plantea una complejidad más grande que la Paradoja de
Banach-Tarski: ¡
al Bolillo casi lo matan por oponerse a la rosca!
El momento más brillante del Bolillo con Ecuador Sus atracos (?)
De todos modos la carrera del Bolillo le servía para tener buen nombre en el ercado internacional. Después de su salida de la Tri ecuatoriana sonó para dirigir a varios equipos, pero al final se decidió por el gran reto de dirigir otro tri: la tri-stísima (PLOP!) selección
Guatemala. Allí le fué muy mal, en parte porque pronto se aburrió del país, del periodismo que jodía por todo sin saber de un carajo, de la falta de estructura organizativa deportiva y nacional, de la ausencia de estímulos, de la pérdida de futuros talentos por no haber planificación, y sobre todo por no existir en todo el país una sola vieja medianamente buena para entretener la vista. Además, la calidad del futbolista guatemalteco es comparable a la del espectáculo de una pelea de perros callejeros, así que mucho no se podía hacer. La combinación de ambos factores contribuyó a que el Bolillo trabajara menos que la foto del suplente de un Representante a la Cámara por Magdalena, y finalmente la Federación chapina lo invitó a desalojar el país ipso facto.
Para 2008 regresó a Colombia para agarrar ese hierro a la vez caliente y gélido del
Santa Fe (?). El club cardenal gastó un platal en contrataciones y se le dió al Bolillo desde libertad total para la estrategia deportiva, hasta el número de celular de Dios para quedar campeón. Pero le fué horrible (incluyendo hasta u
na renuncia arrepentida) y se fué a principios de 2009.
¿... y ahora qué?
Desde esa fecha el Bolillo ha estado a la expectativa (y todos nosotros tambien), agazapado por ratos y echándose lobby por otros, esperando su oportunidad para ser nombrado otra vez como técnico de la
selección Colombia. Cosa que al parecer
ya es un hecho casi cumplido, ante la sorpresa general de prensa y afición, porque los últimos pasos del Bolillo al frente de sus equipos han demostrado más dedicación a verificar su estado bancario que al buen andar de sus equipos. Pero nos imaginamos que los directivos de la Federación saben algo que nosotros no. O probablemente son unos brutos inútiles sin idea de nada.
"Si no clasificamos al Mundial, me mato" (?)
Ahora la pregunta que surge es:
¿Cuál será el destino de la selección Colombia con el Bolillo Gómez II? ¿Se leerá la frase "
Renuncia Hernán Darío Gómez a la dirección técnica de la selección, dejando al equipo en 9no lugar a falta de 10 fechas"? ¿O se leerá en vez de eso "
El Bolillo Gómez calificó su ciclo al frente de la selección como "Positivo", a pesar de quedar eliminado por gol diferencia contra Uruguay de la posibilidad de jugar el repechaje contra Oceanía"? Sólo El Tiempo, o en su defecto, Futbolred, lo dirá. Lo concreto es que, al menos, el pueblo va a volver a sentir la alegría de disfrutar de momentos como éstos:
"Vení, mamacita, que aquí te enseño el Pirulito, y si después nos vamos al apartamento, tambien"