Fue tanto el revuelo que causaron las declaraciones del presidente de Millonarios ayer, que hubiera podido hacerse hecho público un video íntimo
de Piedad Córdoba con Chávez en un motel de Sabaneta y nadie le hubiera parado
ni cinco de bolas. Porque lo que declaró Felipe Gaitán acerca de devolver los títulos “sucios” del 87 y 88 revivió todos esos fantasmas que sobrevolaron el fútbol
colombiano en los 80 y parte de los 90, y que a partir de ahí no se fueron sino
que se escondieron detrás de don Nivel Mediocre. Como bien me hizo caer en
cuenta ayer el colega Daniel Carvalho: no se fueron, ahí están, solo que menos
visajosos.
Con tanto alboroto y tanta burla y tanto hincha que brincó como si le estuvieran metiendo la mano en el pantalón y tanta mamadera de gallo y tanto revisionismo histórico y tanto hincha que se siente ultrajado y tanto papayazo y tanto que de todo, nos permitimos dar nuestro punto de vista al respecto.
Con tanto alboroto y tanta burla y tanto hincha que brincó como si le estuvieran metiendo la mano en el pantalón y tanta mamadera de gallo y tanto revisionismo histórico y tanto hincha que se siente ultrajado y tanto papayazo y tanto que de todo, nos permitimos dar nuestro punto de vista al respecto.
1. No es necesario que lo hagan, pero bien. El solo hecho de
plantear ésta iniciativa es muy aplaudible. Quitándole todo el lío legal-institucional
asociado a asuntos finiquitados hace más de 20 años, el hecho que un club asuma
públicamente que dos campeonatos fueron obtenidos gracias (o más bien:
fuertemente ayudados por) dinero sucio, hace que adquiera un aura de
respetabilidad que no se va a quitar ni si Millonarios nombra en la junta directiva a la Negr* Cand*la. Los que vivimos el fútbol ochentoso (yo era muy niño (?)) sí notábamos cosas
raras: el famoso penalti errado de Jorge Alberto Taverna en el clásico bogotano
del Octogonal 87; la manito-de-más de los árbitros a Millos en los partidos
finales; los goles anulados misteriosamente a los rivales de Millos en las
fechas finales. Pero todo del estilo “raro-pero-no-se-puede-probar-la-trampa”.
Millonarios mostraría unos huevos del tamaño del Campín en caso de admitir que sí hubo algo concreto detrás de esos sucesos raros.
2. Ahora, tengamos en cuenta que es Millonarios: dos estrellas menos
de 13 no tiene gracia. Quiero ver a Tolima renunciando a una de sus estrellas (?).
3. Admitamos que todos los clubes estaban pringados. Muchachos,
no hablemos huevonadas: todos los clubes del fútbol colombiano estaban metidos
o asociados o financiados o ayudados o soportados o guiados por narcos. El tema
es que los que financiaban a Millonarios, América o Nacional eran como el
Chiqui García: unos empresarios turbios pero que además sabían mucho de fútbol (?).
Los de malas fuimos los demás. Por ejemplo el DIM, que se gastaba millonadas
trayendo petardos o figurones que casualmente entraban en curva descendente
apenas se vestían de rojo. O el Junior, al que uno de cada dos extranjeros que
traía se deglutía con el calor de Barranquilla.
Pero los de peor ojo, definitivamente, eran los narcos del
eje cafetero, los samarios o los santandereanos. Me imagino a algún narco
hincha del Pereira, sentado al lado de una botella de whisky en su finca en
Dosquebradas, abotagado por el wiscacho (?) y por los planes de grandeza para
su institución, gritando “Oíste, ¿cómo es que se llama ese paisita tan calidoso?
¡Ese! Me traen pero YA a Alirio “El Marinillo” Serna! Y que venga con Rubén
Darío Bedoya. El “Gringo” Palacios y Pompilio Páez, que esos nos llevan a Tokio.
Servite otro, ome…”. O el Narco nortesantandereano: “Voy es a armar un combo
como nunca he visto, pero hay que armarlo desde abajo: me contratan pero YA al
Galpón Estrada”. O el narco samario, contando dólares que le sobraron de la
bonanza marimbera: “Si no me refuerzan el Unión YA con Guillermo “Efectividad”
Serrano me desquito con alguno”.
4. Medios, periodistas, árbitros: también estaban pringados. No
se hagan.
5. Muchos hinchas reaccionaron como si les tocaran el culo. A
la media hora de estar circulando la noticia, había bastantes (no todos, obvio)
hinchas de Nacional, América y Millonarios con una actitud más defensiva que un
equipo de Pinto de visitante. Varios sacaron a relucir, sin que nadie los
estuviera cuestionando, un arsenal de defensas digno de la nómina del Chelsea: “todos
los clubes estuvieron infiltrados por los narcos”, “…entonces anulen también
los del Dorado, que era un campeonato ilegal” (!!!), “ustedes sabían también
que algo pasaba”. “nosotros no fuimos los primeros”, “el Unión se alimentó de
la bonanza marimbera”, “el Junior de los negocios turbios de los Char”. Solo faltó
que mencionaran la separación de Panamá, la violencia conservadora y la masacre
de las bananeras como hechos que también le quitaban validez a los demás
títulos del fútbol colombiano. Los hinchas de equipos como DIM, Once Caldas,
Pereira y otros en similar condición (?) éramos los únicos que nos tomábamos la
noticia relajados. Total, que venga el que sea y nos revise, a ver si nos
quitan los títulos de esos años… A los que saltaron ayer les decimos: muchachos,
relájense, que nadie les dijo nada…
6. Viejo, hicieron enojar a Pimentel (?): Todos sabemos que Eduardo Pimentel sale a denunciar
furibundo ante los medios un fuera de lugar mal cobrado en un partido que ganó
su equipo: ¡ahora cómo no iba a hacerse notar en un tema como éste!. Los tuiteos
de Pimentel se hicieron sentir como mazazos secos, puros, explícitos, invencibles
(?), defendiendo el mérito de los jugadores en esos dos campeonatos (cierto, ese Millos 87-88 era un
equipazo como pocas veces se ha visto) y separándolos del turbio historial del
dueño del club. Después de leer los tuiteos iracundos y ofendidos de Pimentel,
el Politburó pide humildemente que le devuelvan al menos las comas.
7. Te estamos mirando, Noemí: Sabiendo quién es parte importante
de las directivas del equipo (cofcofcof), podemos hacer una trazabilidad (?) al
origen de la idea. Si lo hizo por sustentar unas cada vez más lejanas
aspiraciones presidenciales, se jodió: parece que a Noemí se empeñara a
conciencia cada vez en perder el voto de los azules (guiño-guiño). Si lo hizo
por puro principio de ética, bien, pero se jodieron los clubes que están
cuestionados. Si lo hizo sin consultar a nadie, se jodió ella con sus pares en
la directiva. Si la iniciativa tiene éxito y la coloca otra vez como presidenciable,
nos jodimos todos (?).
8. Otra vez se enreda todo, no joda. Se jodió el sistema
del fútbol colombiano: crea un vacío legal y de títulos, que puede terminar en
un efecto dominó inmanejable. Imagínate a Ramón Jesurum sudoroso y arremangado, reunido con
los otros miembros de la Dimayor, con una pila de libros viejos y actas ajadas
en la sala de juntas, haciendo cuentas: "A ver, Millos renuncia al título, que
va para Nacion…ah, ellos también están… eh, entonces va para Améric… eh, ellos
tampoco podrían, entonces para el Jun… eh… mierda". Terminará todo con el otorgamiento
del título del 88 para el Cúcuta, y veremos en TV a Nery Franco, Alexander
Churio, Luis Murillo y el Fercho González viejos, barrigones y calvos (Dios, ver
a Felipe Nery Franco calvo me hará ver más de cerca la muerte (?)) dando la
vuelta olímpica en el General Santander…Nadie quiere eso.
Muchachos, que se preparen, que de pronto en éstos días los van a llamar (?) |
Y por último. Lo más probable es que sea humo, porque Gaitán sabe que nada va a pasar. Si es así, gracias Millos por traernos alegría a nuestra gris cotidianidad...