Momento: antes que todo debo aclarar para los posibles saltarines venenosos (?) que no solo este su humilde servidor y aspirante a vivir el resto de su vida atendido por una consorte de azafatas suecas topless con edad de mochileras en una mansión de 1913 metros cuadrados en la cual haya salones enteros dedicados a libros, música, fútbol, cultivos hidropónicos, asados y reuniones con los amigos, sino todo el Politburó de La Monserga del Fútbol, somos unos fieles soldados desde siempre de la Primera B y la existencia de un sistema de ascensos y descensos en el fútbol colombiano (quitando el temita ese feo del promedio y lo del puntaje para el recién ascendido). Siempre hemos aplaudido hasta que se nos pongan coloradas las manos, la necesidad de un sistema que genera sobre todo renovación y una insana competencia que al final castiga a los que están haciendo las cosas mal. Y, sobre todo, que premia a clubes que de alguna manera han hecho las cosas bien y tienen la oportunidad de medirse con la élite y el glamour sofisticado, primermundista y morbidamente lujurioso de Nacional (?).
Aclarado lo anterior, entramos en materia: queremos confesarle al mundo entero la grima, pereza, jartera, pingarria moral y bajoneada que sentimos de ver el torneo de la A lleno de clubes con menos historia que una novela mexicana. Lo que aburre no es tanto ver que en la A haya tantos nuevones, sino darse cuenta que esos mismos por su estructura, convocatoria y peso le están dando de a poco a la liga colombiana un aire terrible de torneo interempresarial. De por sí verse un partido de fútbol colombiano deprimiría hasta al Papa Francisco, ahora imagínate si a eso le añades el espectáculo tétrico de un pesado silencio de fondo llenado parcialmente por los gritos de técnicos y jugadores y el "¡buf!" de las reventadas de balón.
¿Y cómo así que como así que como fue (?) que se llenó la A de esos clubes nuevos? Para verlo algo más claro (creo) repasemos qué clubes han ascendido como campeones de ese semi infierno folclórico que es la Primera B desde su primer torneo en 1991: Envigado (dos veces), Huila (dos veces), Cortuluá (dos veces), Tolima, Bucaramanga, Cúcuta (dos veces), Unicosta (!!!), Pasto (dos veces), Real Cartagena (tres veces), Pereira, Quindío, Centauros de Villavicencio, Chicó (cuando era de Bogotá), Equidad, Itagüí, Alianza Petrolera y Uniautónoma. Aparte de estos, también ascendieron gracias a ese parto de varios días que es la serie de Promoción, Patriotas en 2011 (la primera vez que asciende un equipo por promoción, le ganó a... bueno, ya saben quién) y Fortaleza el año pasado (se bajó de un hondazo (?) al Cúcuta). ¡Y cómo olvidar ese Triangular de Promoción de 2001 que quedó impregnado en nuestros corazones y que significó el inesperado ascenso del viejo y querido Unión Magdalena!
O sea, de los mencionados, tanto Tolima, Bucaramanga, Cúcuta, Pereira, Unión y Quindío hacen parte de los "tradicionales" o históricos del fútbol colombiano, de esos que uno se acostumbró a verlos por TV en los noticieros de los domingos, con el terroso transfondo del Eduardo Santos, o el tono sepia del General Santander, o las tribunas llenas de humedad del Hernán Ramirez Villegas. Mejor dicho: esos clubes no vienen de la B sino que ascendieron después de descender de la A, por lo que no contamos con ellos al hablar de "los nuevos". De todos esos solamente uno sigue hoy en día en la A: el Tolimita, el único de todos al que el trauma de descender le dio un cachetazo tan grande que le abrió lojojo: se reestructuró para dejar de ser el eterno último a ser un equipo ganador salvo en finales (?). Hoy en dia la B se ve honorificada por la presencia de los restantes mencionados más la impresionante y shockeante presencia del prestigioso y multiganador América.
Ahora echémosle una mirada a los demás ascendidos - los "no tradicionales" -. a los que podemos categorizar en dos grandes aglomerados (?):
1) Los que son de ciudades que no tenían fútbol profesional: Aquí se vienen Huila, Pasto, Cortuluá, Real Cartagena (que en realidad apareció en la A pero, muy reciente...), Centauros, Patriotas y Alianza Petrolera. Todos ellos son clubes que - fundados hace poco o no - están o estuvieron asociados como parte de la identidad de la ciudad (Neiva, Tuluá, Cartagena, Villavicencio, Tunja y Barrancabermeja) y/o departamento, y que llenan un vacío existente en la afición. Casos más, casos menos: la convocatoria del Cortuluá o Alianza no es la misma que la de Pasto por cercanía geográfica con ciudades con equipos ya afincados. La suerte de ellos ha sido dispareja: Pasto ha sido campeón, Huila y Real Cartagena han llegado a finales, Cortuluá jugó Libertadores. Centauros desapareció. Patriotas y Alianza Petrolera intrascendentean a morir.
2) Los que son de (o nacieron en) ciudades en las que hay uno o dos equipos tradicionales que acaparan el 99.989865545% de la afición: Aquí entran Envigado, Itagüí, Unicosta, Chicó, Equidad, Fortaleza y Uniautónoma. Y con estos queremos ensañarn... digo, concentrarnos:
Aclarado lo anterior, entramos en materia: queremos confesarle al mundo entero la grima, pereza, jartera, pingarria moral y bajoneada que sentimos de ver el torneo de la A lleno de clubes con menos historia que una novela mexicana. Lo que aburre no es tanto ver que en la A haya tantos nuevones, sino darse cuenta que esos mismos por su estructura, convocatoria y peso le están dando de a poco a la liga colombiana un aire terrible de torneo interempresarial. De por sí verse un partido de fútbol colombiano deprimiría hasta al Papa Francisco, ahora imagínate si a eso le añades el espectáculo tétrico de un pesado silencio de fondo llenado parcialmente por los gritos de técnicos y jugadores y el "¡buf!" de las reventadas de balón.
¿Y cómo así que como así que como fue (?) que se llenó la A de esos clubes nuevos? Para verlo algo más claro (creo) repasemos qué clubes han ascendido como campeones de ese semi infierno folclórico que es la Primera B desde su primer torneo en 1991: Envigado (dos veces), Huila (dos veces), Cortuluá (dos veces), Tolima, Bucaramanga, Cúcuta (dos veces), Unicosta (!!!), Pasto (dos veces), Real Cartagena (tres veces), Pereira, Quindío, Centauros de Villavicencio, Chicó (cuando era de Bogotá), Equidad, Itagüí, Alianza Petrolera y Uniautónoma. Aparte de estos, también ascendieron gracias a ese parto de varios días que es la serie de Promoción, Patriotas en 2011 (la primera vez que asciende un equipo por promoción, le ganó a... bueno, ya saben quién) y Fortaleza el año pasado (se bajó de un hondazo (?) al Cúcuta). ¡Y cómo olvidar ese Triangular de Promoción de 2001 que quedó impregnado en nuestros corazones y que significó el inesperado ascenso del viejo y querido Unión Magdalena!
O sea, de los mencionados, tanto Tolima, Bucaramanga, Cúcuta, Pereira, Unión y Quindío hacen parte de los "tradicionales" o históricos del fútbol colombiano, de esos que uno se acostumbró a verlos por TV en los noticieros de los domingos, con el terroso transfondo del Eduardo Santos, o el tono sepia del General Santander, o las tribunas llenas de humedad del Hernán Ramirez Villegas. Mejor dicho: esos clubes no vienen de la B sino que ascendieron después de descender de la A, por lo que no contamos con ellos al hablar de "los nuevos". De todos esos solamente uno sigue hoy en día en la A: el Tolimita, el único de todos al que el trauma de descender le dio un cachetazo tan grande que le abrió lojojo: se reestructuró para dejar de ser el eterno último a ser un equipo ganador salvo en finales (?). Hoy en dia la B se ve honorificada por la presencia de los restantes mencionados más la impresionante y shockeante presencia del prestigioso y multiganador América.
Ahora echémosle una mirada a los demás ascendidos - los "no tradicionales" -. a los que podemos categorizar en dos grandes aglomerados (?):
1) Los que son de ciudades que no tenían fútbol profesional: Aquí se vienen Huila, Pasto, Cortuluá, Real Cartagena (que en realidad apareció en la A pero, muy reciente...), Centauros, Patriotas y Alianza Petrolera. Todos ellos son clubes que - fundados hace poco o no - están o estuvieron asociados como parte de la identidad de la ciudad (Neiva, Tuluá, Cartagena, Villavicencio, Tunja y Barrancabermeja) y/o departamento, y que llenan un vacío existente en la afición. Casos más, casos menos: la convocatoria del Cortuluá o Alianza no es la misma que la de Pasto por cercanía geográfica con ciudades con equipos ya afincados. La suerte de ellos ha sido dispareja: Pasto ha sido campeón, Huila y Real Cartagena han llegado a finales, Cortuluá jugó Libertadores. Centauros desapareció. Patriotas y Alianza Petrolera intrascendentean a morir.
El Atlético Huila en el año de su primer ascenso |
- Veamos: Envigado e Itagüí (hoy devenido en "Águilas Doradas" y mudados a Pereira) no son estrictamente de Medellín, pero por el hecho de ser de dos ciudades casi totalmente asimiladas dentro de esa hermosa ciudad hace que es casi absolutamente imposible que hagan hinchada. Y eso que el trabajo de ambos (sobre todo de los naranjas) ha sido serio y han sacado muchos jugadores que terminan en clubes más grandes, y hasta selección Colombia. Pero por ejemplo Envigado lleva 23 años jodiendo por ahí y si mucho ha hecho 200 hinchas fieles que van, orgullosos y soberbios, a hacer el aguante y soportar burlas cordiales, siempre de visitantes en su estadio. El caso de las Águilas Doradas es más jodido: ¡si es difícil hacer hinchada primero en una ciudad totalmente dominada por el Rojo y el Verde y después en otra en donde llegó de colado, ahora imagínate si el nombre del club es más apto para una banda de narcocorridos que para un equipo de fútbol! ("...con ustedes....las Águilas Doradas de Sinaloa!!!!"...). Y eso que las Águilas tienen algunos años de historia: el club nació y vivió gran parte de su vida en la ciudad de Itagüí desde su nacimiento como el -óigase bien - Deportivo Industrial Itagüi (!!!) a principios de los 90, pero ha tenido más cambios de nombre que Colombia desde la independencia: Deportivo Antioquia, Itagüí F.C., Bajo Cauca F.C. (cuando se mudó a Caucasia), Itagüi a secas. Ya sabemos lo que pasó este año: abandonaron su ciudad natal y se fueron de colados a Pereira, llamándose ahora Águilas Doradas (hasta ese momento el apodo del club) y cambiando su uniforme a un híbrido sospechosamente parecido al del Deportivo Pereira. Un irrespeto y una cagada con la gente de ambas ciudades.
Viejos tiempos de Itagüí, cuando ascendieron, todavía se llamaban como su ciudad de origen y no eran las "Aguilas Coladas" |
- Unicosta fue un club barranquillero con menos tiempo de vida que un programa cultural en la TV colombiana. Se fundó en 1995 por el famoso empresario multiactividades (?) Enrique Chapman, con la camiseta de Boca pero sin su mística (?). Ascendió en 1997, jugó dos torneos con una nómina llena de "no tienen cabida en Junior entonces que jueguen en Unicosta" y descendió sin pena ni gloria en 1998, para desaparecer en 1999. No se extraña su ausencia hoy en día.
- El Chicó era en principio una ideota que terminó siendo una idiota. Se formó con el impulso de ese prohombre lleno de amor y paz llamado Eduardo Pimentel como una alternativa a los clubes tradicionales de Bogotá. La alternativa consistió en asignarle el nombre de un sector Estrato 5.5 y tratar de identificarlo con los barrios play de Bogotá. Pero el enojoso detalle que jugaban de local en la Universidad Nacional o en el viejo estadio de Techo perjudicó la idea original. Después de años sin generar hinchada, se mudaron a Tunja en donde terminaron opacando los clubes de la B locales. Y hasta terminaron siendo campeones en 2008. Hay que ver qué convocatoria hubiera tenido Patriotas si no tuviera a este infiltrado en su ciudad...
- La Equidad sí tiene muchos más años de historia que los anteriores: se fundó en 1982 en Bogotá por la empresa de seguros del mismo nombre y comenzó su participación en los famosos torneos del Olaya. También le pasó lo del Chicó: nunca pudo hacer hinchada dentro de Bogotá. Aparte con Alexis García de DT jugaban un fútbol que provocaba sacarse los ojos y botarlos a una alcantarilla y automaldecirse por toda la eternidad para evitar volver a ver algo tan horripilante y burdo... entonces así menos enamoró a la gente...
- Fortaleza F.C.: Primero hay que dilucidar bien de donde putas es el club: ¿Es de Soacha? ¿Es de Bogotá? ¿Es de Zipaquirá? No sabemos bien, porque el club en su corta historia ha tenido más sedes que la Iglesia de los Piraquiv*, y eso le quita un arraigo de por sí difícil en un departamento cuya tradición futbolística se ha decantado por Millonarios, Santa Fe, Nacional (?) y EquiJAJAJAJAJAJA... mentiras, esos tres primeros. El club como tal se fundó en 2010 (con el impulso de ese gran artillero de las cámaras (?) Ricardo "El Gato" Pérez), al comprar la ficha del club Atlético Juventud de Soacha (que en su último año de vida se mudó a Girardot pero pegaron menos que el nazismo en Colombia), participante sin éxito de la Primera B entre 2007 y 2010, y que a su vez le había comprado la ficha al Atlético (!!) Bello. Después de dos campañas medio pelo los fortachones (?) ascendieron a Primera en 2013 luego de ganarle la promoción al Cúcuta.
Las tribunas deliran con el juego de Fortaleza |
En la página oficial aparece la "Visión" de Fortaleza: "Consolidar a Fortaleza Fútbol Club como un club deportivo que sea un buen ejemplo dentro y fuera de la cancha y desde un primer campeonato esté en los lugares de privilegio en los torneos en los que participemos y poder pensar en disputar a partir del tercer (3) año el ascenso a la Primera división de Fútbol Colombiano", lo que nos hace pensar que, al parecer, les hace falta actualizar el ejercicio de planeación estratégica. O la página web. O ambos...
- Y por último tenemos a Uniautónoma de Barranquilla. En una ciudad que respira por todos sus poros el amor por el Junior y por la Kola Román (?), es muy jodido que llegue un nuevo a hacer roncha en la gente. Así lo vivieron el viejo Sporting en los 80 y el ya mentado Unicosta en los 90. No hay nada que indique que en estos tiempos que corren, un equipo fundado en noviembre de 2010 al comprarle la ficha al Atlético La Sabana de Sincelejo, que le había comprado la ficha en 2008 a Córdoba Fútbol Club de Montería, que le había comprado la ficha en 2006 al Florida Soccer de Itagüí, antiguamente llamado Beta Video Río Claro, haga consquillas en la afición barranquillera. Mientras tanto ahí están, jugando de local siempre en el asustador marco que da el Metropolitano vacío.
Retomemos: de los ascendidos, Envigado, Itagüí, Equidad, Fortaleza y Uniautónoma juntos tienen menos convocatoria que un Quindío (lo cual es mucho decir). Pero ahí están, y de alguna manera se mantienen a pesar de los deseos insanos de muchos de nosotros por que bajen ellos de un plumazo y suban América, Bucaramanga, Cúcuta, Pereira, Real Cartagena, Unión Magdalena, Quindío y hasta Cortuluá. Pero tampoco se puede, viejo, si los tradicionales no han sido capaces de ponerse bien la pija, entonces se queden los que están.
Al final ¿de quién es la culpa que esto esté taquiado de esos clubcitos? ¿Es de la Dimayor? A la hora del té no creería que la Postoyor se ponga a maquinar un autoboicot para lograr que cada día la liga colombiana sea vista en vivo por más policías y camilleros que hinchas. El tema de fondo es que los clubes de siempre están pagando años de malas administraciones y de torcidos económicos, de los que no se han podido reponer y de los que - salvo uno que otro ejemplo - las respectivas hinchadas no se han puesto las huevas para exigir cambios. Entonces, viéndolo de una manera desapasionada, la presencia de tanto club nuevo y entusiasta sobre tanto club viejo y decadente es una manera de democratizar el fútbol colombiano. Pero lo que criticamos acá no es eso sino que los que vienen son, casualmente, equipos que se formaron hace 3 o 4 años por el impulso de algún empresario afiebrado y que lo hacen en condiciones que no permiten generar hinchada, más allá que administrativamente sean tan límpidos como nalga de recién nacido. Una alternativa satisfactoria es que al menos suban los clubes de ciudades exóticas (?) como el Valledupar F.C., Llaneros, Jaguares o Universitario, tan siquiera porque se alegren las vidas de los locales - esperando que generen la convocatoria de Pasto, Real Cartagena o Huila - y dejemos de ver tan horriblemente gris, tan duro de ver, tan desmotivante y mediocre al campeonato colombiano. Y que cuando el equipo de uno vaya de visitante uno vuelva a sentir esa sensación de estar jugándose la vida fuera de su casa, en vez de tener la sensación de estar en un lánguido amistoso.