Memorables recuerdos olímpicos

Comenzaron los Juegos Olímpicos Beijing 2008! Al fin vimos todos las sorpresas que los chinos nos tenían guardadas en forma de sincronización perfecta del 1,524.260 extras que animaron la ceremonia de apertura. No solo eso nos llamó la atención: tendría que tener uno un alma pétrea (?) para no ver enhiesto su espíritu olímpico viendo a las voleibolistas polacas, a la abanderada paraguaya o la idem jordana.

Hablando de fútbol, que es lo que nos interesa aquí (lo otro también, aclaramos), la atmósfera de estos días en que la hermandad une al mundo en torno a los Juegos Olímpicos Beijing 2008 nos trajeron el recuerdo de tres aventuras futbolísticas olímpicas colombianas, que solo a modo de nostálgico recuerdo traemos a colación para información de ustedes, generación de emos y neopunks (?).

Hubo una vez que bailamos a Brasil.

Para los Juegos de Moscú 80 se nos designó como sede del Preolímpico. Para aprovechar tal ocasión armamos un equipo de ensueño (?) que incluía a promesas destacadas de la época como Peluffo, Pedro Sarmiento, Jorge Porras o el ochentoso ícono Heberth Armando Ríos junto con personajes como Benjamín el Mincho Cardona (histórico delantero del Pereira), Henry Viáfara, Joaquín Paco Castro o Eusebio Vera Lima (bizarro e histórico delantero del Bucaramanga), entre otros, dirigidos por la sabia pero impulsiva mano del gran Eduardo Retat (¿quién más si no?). Recuérdese que el criterio de convocatoria para los Olímpicos era que los jugadores no fueran profesionales o no hubieran vestido jamás la camiseta de la selección mayor, de ahí a que aparte de los mencionados por ejemplo también jugaron Carlos "Tribilín" Valencia (el pionero de las eternas promesas en el arco del Cali) y el popular "Pitillo" Valencia.

En aquellos lejanos tiempos un evento como éstos atraía la atención de todo el país y convocaba a las familias colombianas en frente del único TV de la casa (generalmente un gigante marca Zenith o Sharp en Blanco y Negro), así que transmisiones de este tipo, que eran pocas, generaban un impacto mediático impresionante que le disputaba a Fernando González Pacheco los primeros lugares de sintonía. El caso es que después de un dubitativo comienzo (que incluyó derrotas ante Bolivia y Venezuela) nos tocó enfrentarnos a Brasil en la penúltima fecha, con la obligación de ganar para conservar las posibilidades de clasificación...y Oh Gloria Inmarcesible! Le metimos 5 a 1 a los brasileños en un baile que aún recuerdo entre las brumas (?) de mi memoria, el cual desató una ola de habladera de mierda que de seguro influyó en toda la generación de periodistas que crearon fenómenos como el Gol Caracol.

Yo, que era un tierno e inocente infante, pensé que teníamos un equipo de los mejores del mundo con El Mincho Cardona y Pedro Sarmiento a la altura de los que salían los sábados en la mañana en el fútbol brasileño presentado por Cromadeportes de Cromavisión. Por eso me extrañó tanto un año y pico después, cuando para España 82 nos pegaron tremenda clavada en las eliminatorias uruguayos y peruanos; estoy seguro que esa combinación de paradojas contribuyó a crear el ser estoico y escéptico que soy hoy (???).

Londrina, 30 de Enero de 2000: Apocalipsis Ahora

Nada que digamos nosotros supera a lo que dice aquí.

La cagada del 92

Muy pocas veces se armó un combo como el de los Preolímpicos del 92: Miguel Calero, Jorge Bermudez, Diego Osorio, Harold Lozano, Víctor Pacheco, un tal Víctor Aristizabal que prometía mucho según la prensa paisa, Faustino Asprilla, Iván René Valenciano cuando era flaco...un equipazo, complementado por uno que otro muerto con prensa y/o rosca (José Fernando Santa, Giovanis Cassiani, el Misil Restrepo)...arrancó la primera fase bailando a todo el mundo y, aunque clasificó medio de hambre, conservó sus opciones intactas para Barcelona 92. El optimismo del país era alto, y el grupo que nos tocó (España y dos accesibles como Qatar y Egipto) daba para pensar en la posibilidad de medalla, obviando algunos puntos oscuros del equipo como las grises actuaciones de un ariete del Nacional.

Lo que pasó en Barcelona es conocido: el debut con derrota, baile y metida de dedo de España 4 a 0, un triste empate contra Qatar 1 a 1 y una rocambolesca derrota 4 a 3 contra Egipto... Lo peor no tanto fue la frustración de quedar afuera con un muy buen equipo sino la imagen de mierda que dejamos: ante el mundo la selección Colombia era un grupo de hampones sin Fair Play que en un partido oficial no devolvían el balón en un saque de banda provocado por el contrario, que amablemente lo sacó para que atendieran a un colombiano (contra España faltando 5 minutos) o que celebraban con gritos destemplados la expulsión de un contrario perdiendo 3 a 0 (el caremondá de Diego Osorio contra España también).

Bueno, en realidad hubo algo peor: ese equipo marcó el inicio cronológico de la era Aristiana en la selección...