...y los que faltaban del Top 10 puteados VIP (Parte II)

Me imagino que un futbolista retirado, ya sea disfrutando de un domingo otoñal al calor del fuego de la chimenea en su casa de St Tropez, o metiendo frías con los vecinos del barrio en el kiosco del patio de su casa en Sabanalarga, pensará en algún momento en el recuerdo que dejaron en los hinchas los años de guerra vertidos en las canchas. ¿Será que dirán "Hermano, ahora lo que le hace falta al equipo es un man como XXX Carabalí, lástima que ya no está"? ¿O más bien "No joda, hay que reconocerlo que ese YYY Hurtado era un jugadorazo"? En el caso de los que nos ocupan en este post lo más seguro es que deben estar concientes que el 99% de la afición mascullará un "¿Si supiste? El catretetrahijodeveintemilputas del ZZZ Mosquera al fin se retiró! Al fin se fue ese gonorrrrreaaaaa...", lo cual a mí particularmente me importaría un carajo si tuviera casa en St Tropez o tomara cerveza un domingo sin preocuparme de ir al trabajo el lunes.

Sin más preámbulos, terminemos con el Top 10 de los más puteados, con una aclaración: revisando la lista me parece que fuimos injustos con Roberto Cabañas: ese hiju/(&)/%$$ merecía quedar de 2do al menos. Pero bueno, a la hora del té los sitios son intercambiables según los recuerdos y el grado de puteadas que le echamos a cada uno, aunque creo que habrá unanimidad absoluta con los dos primeros mencionados. También respondemos a los que lloraron con la presencia de varios ídolos americanos en la lista: No sean maricas (?), y dénse cuenta que tipos como Pompilio Páez, Elías Correa o El Galpón Estrada no generaban reacción alguna en la hinchada a pesar de lo troncos y patabravas que eran, por el sencillo hecho que jugaban en Pereira, Bucaramanga o Cúcuta. ¿La captan?

Dicho lo anterior, vayamos al grano:

5. Orlando Rojas

El Animal en sus tiempos en el Unión (see...ésta también la bajamos del Bestiario).

Confieso que sentí miedo (?) viendo las fotos de Orlando Rojas como jugador. Es que pienso en el terror de los delanteros que jugaban contra Unión, Junior o Millonarios en las épocas en que éste áspero central pisaba las canchas colombianas (decir "jugaba" es una licencia literaria), y les tocaba el dilema de encontrarse de frente, primero con la cara de Orlando Rojas, del que en un chispazo se acordaría que lo apodaban "El Animal", y luego pasarlo para exponerse a recoger más tarde su tobillo desparramado sobre el césped. Era TERRIBLE patadura el defensor costeño, y para peor su pinta declaraba ante el mundo su pasión de jugar fútbol como excusa para romper huesos ajenos. La hinchada premiaba su constancia levantándolo a puteadas de todo calibre desde que pisaba la cancha hasta que salía. Y como no: ¿usted no lo haría?

4. Gerardo Bedoya

No sabemos porqué con el correr de los años el jugador surgido a la fama en el Deportivo Cali se ha empeñado en hacerse puteable por todos los hinchas. Puede ser por su temperamento (aquello que se dice que tiene un jugador cuando se una mierda y se hace expulsar seguido), que lo lleva a estar a un paso del record de expulsiones en el futbol colombiano. O por una reconocida fama de estar siempre detrás de los exito$$$ deportivo$$. O por su magro desempeño con la camiseta de la selección. Lo cierto es que a Bedoya tanto cariño que despierta (?) lo lleva a que el público le recuerde en vivo y en directo que hacerse tal cantidad de luminiscencias, tratamientos y blowers no es de varones, papá. Creo que le ayudaría bastante a generar menos odio si rindiera siquiera a la mitad del nivel que tuvo en Cali y Racing...me parece, no?

3. John Mario Ramirez

Una palabra para definir a John Mario Ramírez, ya, ya! ¿Listo? Le apostamos 10 a 1 que dijo "Gamín". No hay mejor palabra para describir a este muy talentoso jugador, que de no haberse dejado comer del personaje (bah, de no haber sido tan mierda) hubiera llegado más lejos que la gris carrera que tuvo. Cuando salió al profesionalismo su carácter era descrito con las palabras de "díscolo" o "rebelde", pero después la gente se dió cuenta que un man tan mañoso, tan sucio y tan peleón (con rivales y compañeros) no era díscolo sino un hijueputica.

Me remito a las pruebas: en los cuartos de final de la Libertadores del 95 (si no estoy mal) se jugaba el tiempo de reposición de un Millos - Nacional, donde el 1 a 1 dejaba fuera a los azules, pero con un gol empataban la serie e iban a penales. La última jugada del partido, con un Millonarios que se la pasó todo el juego peloteando al arco de Higuita, fue un tiro libre para los bogotanos. Ideal para que lo cobrara el temible Edison "El Zurdo de Galapa" Domínguez (volante ofensivo reconvertido en marcador, con una pegada impresionante en tiros libres), al cual el técnico azul lo ingresó unos minutos antes expresamente para una jugada de esas. Expectativa total...todos los de Nacional cagadísimos y encerrados en el área, el estadio rugiendo, los de Millos esperando el rebote, Dominguez tomó carrera, se preveía un frutazo al arco de Higuita...y cuando nadie se lo esperaba, sin avisarle a nadie, John Mario Ramírez se le adelantó a Domínguez y pateó el tiro libre, que pegó en la barrera...terminándose el partido! La fiscalía descansa, su señoría.

2. Eduardo Pimentel

Decía Pimentel en sus épocas de jugador que los árbitros lo perseguían, porque le advertían al entrar a la cancha que si hacía cualquier cosa lo expulsaba. La verdad que si fuera árbitro yo hubiera hecho lo mismo. ¿Ha visto a Pimentel hoy como técnico o Directivo, cómo es de peleón, llorón, conflictivo, showman, protestón, hablón y renegón? Bueno, exactamente así era como jugador, añadiéndole además una propensiòn a apuntar más a la canilla rival que al balón. Todo lo anterior le valió tener el record de expulsiones en el futbol colombiano (35), y además ser el preferido de la afición en cuanto al man-to-putear. Reconozcamos que todo se prestaba para que Pimentel fuera odiado, a ver: patabrava + conflictivo + bastión de Millonarios en su época dorada (y polémica) ochentosa + rolo (?) + abierta rivalidad con otros clubes = si sobre éste ser no cenvergen los odios ajenos yo no entiendo nada...

1. Víctor Hugo Aristizábal

Convengamos todos que a Aristizábal no se le odiaba por su trayectoria en el fútbol colombiano. Fue su presencia en la selección Colombia la que generó que medio país lo puteara y el otro medio también. El delantero antioqueño nunca pudo mostrar en la selección todo lo que prometía fuera de ella, salvo en la Copa América 2001 donde fue goleador, en la que por un momento nos calló la boca a todos, y después de lo que pensábamos que ahora sí iba a ser un camino de goles con la amarilla se churreteó desconsoladamente en los siguientes partidos de las eliminatorias. La sensación más fuerte que me generaba esa selección del 97 al 2001 era impotencia de ver que a Aristi lo convocaban así sea de motivador de grupo, sin rendir ni mierda en la selección y para peor (y creo que eso generaba un odio aún mayor hacia su persona en las canchas): el 90% de los hinchas de Nacional lo defendían a muerte, como si tuviéramos a la reencarnación de Marco Van Basten con bigotico. Igual a Aristi le importó un carajo, y si no fuera porque se lesionó a finales del 2007 hoy estuviéramos recordando la delantera Aristi - Falcao chocando inutilmente contra los defensores venezolanos en la última fecha de eliminatorias.