El Top 10 de nombres cheverones/grossos del fútbol mundial

Uno de mis amigos cuando era pelao, en mi pueblo, era tan fanático de los Rolling Stones (juro que es verdad ésto que cuento) que afirmaba con total convicción que, cuando tuviera hijos, iba a llamarlos "Keith Richards" si salía hombre o "Angie Micka" (o algo así) si salía hembra. El tipo estaba tan metido en su viaje con los Stones que era creíble escucharlo, y al verlo jurar con más confianza que puntero derecho argentino, mientras tomaba cerveza y fumaba, magro y esquelético, recostado en la pared, me imaginaba a Mick Jagger, pero negro, con pantalón de pana, zapatos de gamuza y llevado de la malparidez (?). Así que me sorprendió desagradablemente encontrármelo varios años después con su hijo, al que presentó con orgullo como "Yeison Ricardo": o mi amigo traicionó los Stones o fué fuertemente coercionado por la mujer para cambiar de idea. Una cagada. Porque me había imaginado a un muchacho moreno, flaco y también llevado de la hijueputa (?) en algún grill malandro de la Costa Atlántica, llegar con sus zapatos de gamuza blancos y un cigarrillo Boston a medio prender a una mesa donde abundasen las pelaítas, con sonrisa sobradora presentándose, digo, con un "Mucho Gusto: Keith Richards Sierra Arrieta" y la escena se me antojó más épica que todos los contrataques franceses para recuperar el terreno perdido contra los alemanes en la Batalla de Verdún.

Situaciones como ésta que recordé hace poco, me hicieron pensar en esos nombres gloriosos que pululan en el ambiente del fútbol. Gloriosos del verbo "Jajajaquéfigura", no del verbo "históricos". No un nombre raro o feo per se, sino uno que inspirara alguna cosa, así sea que la inspiración se manifestase en planchas al tobillo del rival o en ganas de ir a tomarse una cerveza. Así que nuestra Unidad de Historia y Archivos Documentales recopiló el siguiente Top 10 de Nombres Gloriosos/Grossos del Fútbol Mundial, que sabemos que va a quedar corto, pero lo que importa es la atitú y dar el 110%...

10. Doctor Khumalo

(Fuente)

Llamarse Teophilus Doctor Khumalo y no aprovechar la oportunidad de ser jugador de fútbol o cantante de Soukous es tener nula visión en la vida. Doctor Khumalo eligió lo primero, y le sirvió para hacerse un lugar en la historia del fútbol sudafricano de todos los tiempos. Que convengamos que hasta Felipe Pardo va a jugar a Sudáfrica y hace olvidar incluso a Nelson Mandela (?), pero no importa: era un grosso. A todos los demás mortales nos queda el recuerdo de las gambetas que nunca hizo, y de su nombre grossísimo, como estandarte de un fútbol que nunca ha dado un carajo.

9. Walker Cuesta

 

(Fuente)

Símbolo del Atlético Huila que ascendió a la A en el 92. O bue, no sé si símbolo, pero demoraron montón de años para sacarle el puesto debajo de los palos, a pesar de los goles que se hacía y de la prosaica imagen que inspiraba, todo longilíneo y pantalones largos. Tal vez debido a su marcada tendencia a dejar que las opciones de gol se materializaran (?), para el periodismo los golazos que le metían eran más cagadas de él que virtudes del otro: me acuerdo de un Millos - Huila en Neiva en el que Alan Valderrama casi le arranca la cabeza de un fierrazo desde la esquina del área chica, y a Carlos Julio Guzmán implacable criticando "¡Qué mal Walker Cuesta!". Pobre Walker, como si fuera labor de él dejarse desprender el cerebro por meterle la cara a un proyectil de esos de uno de los primos muertos del Pibe...

8. Edson Tortolero

Históricamente el grueso del aporte del fútbol venezolano al mundo venía por el lado de los nombres de sus jugadores. Como Edson Tortolero, sempiterno (?) defensa de la selección y de múltiples clubes de esos que desaparecen a los 2 años o le sirven a los equipos brasileños para aumentar su Gol Diferencia. Piensa en un defensor central tosco, rústico, brusco, muerto, mala leche y fuerte, de esos que no vacilan ante la eterna disyuntiva "¿Pasa el jugador o el balón?". Ahora, piensa en un nombre para él: ¿Ricardo Martínez? ¿Ramiro Rosas? ¿Julián Restrepo? ¿Nicolás Isaza? Naaaah, si no se llama Edson Tortolero vete a jugar golf...

7. Catalino Rivarola

No sé si en Paraguay lo obligan a uno por ley a ponerle nombres prospopéyicos o a sus hijos. Lino, Celso, Isidro, Virgilio. O Catalino, imagínate que te llamaras así, las viejas hablando de tí como "Cata" y generando confusiones los fines de semana ("¿Invitamos al Lleras a Cata Peláez?"). Por eso nos imaginamos que el gran Catalino Rivarola se cansó de regar las canchas sudamericanas de reciedumbre y de tibias rivales durante su larga y estable carrera: más que todo, para acallar viejos traumas de adolescencia (?).

6. Peter Erikson Thelemaque

Hablas de Peter Erikson y te imaginas al bajista de alguna banda escandinava de Death Metal. Si le agregas el "Thelemaque" y ya el asunto se tiñe de criollez (?). Sólo basta verle la foto para celebrar la imaginación desbordante de los papás, que de pronto allá en Guadalajara decidieron que un Juan de Dios Thelemaque no generaba el suficiente feeling para asegurarle un futuro a su hijo. Hoy está jugando en la 2da División de Venezuela (!!!), por lo que afirmo con total impunidad que si se hubiera llamado Pedro Pérez estaría hoy trabajando de utilero en Atlas o de extra en Televisa.

5. John Freddy Van Strahlen

(Fuente: los maestros)

Recuerdo haber visto por primera vez en un álbum de Fútbol Colombiano 86 u 87 a un tal "John Vanksthalem" en Bucaramanga, y pensar que en Colombia estábamos tan bien que ya hasta holandeses contratábamos. Mucho después (porque no se dejaba ver mucho en la cancha...) me enteré que en realidad se llamaba John Freddy Van Strahlen, y que no era holandés sino bogotano. Su nombre abiertamente neerlandés (?) era algo absolutamente exótico en esos tiempos de cero globalización, y siempre me soñé tener un nombre así: imagínate, por pura cédula ya te ganabas un 60% de posibilidades de coger a lo loco con pelaítas samarias, cucuteñas, bumanguesas, pereiranas.

 4. Miguel Mea Vitali

Otra estrella (je) del fútbol venezolano noventero, en esa gris etapa de transición en que dejaron de ser el-que- todos-goleaban para ser el-que-Brasil y Argentina-goleaban. Todos lo recordamos no tanto como aquel mediocampista defensivo que solía tomarle la placa a volantes argentinos, brasileños, paraguayos o colombianos, sino por la implícita grossez de su nombre. Que quién sabe qué putas significaba (?), pero era impensable una selección Venezuela sin su nombre o los de Tortolero, Echenaussi, Vallenilla o Macintosh.

3. Tabaré Uruguay Viudez

No necesita presentación éste. O sea, nadie lo conoce (?), pero piensa en fútbol uruguayo, y junto a canchitas de 2,000 personas y 20 tipos cagándose a pata en una tángana, te debe venir el nombre de Tabaré Uruguay Viudez, que te dan ganas de haber nacido en Tacuarembó y llamar a tu hijo así. Bueno, si te deja tu señora (?).

2. Lubo Penev

Un infaltable en la selección búlgara en los 80-90, goleador histórico, gloria de su país, pilar del Atlético Madrid (el del doblete), del Valencia y Compostela, un animal del área... Seee, todo lo que quieran, pero todo eso lo opaca la certeza que llamarse Lubo Penev es andar por la vida con 30 cms más de autoestima.

1. Calixto Avena

(Fuente)

Más o menos habitué de la Selección Colombia en los 60, su nombre merece ser incrustado en los libros de historia por su criollísima grossez: escuchas ese nombre y enseguida piensas en un vago rascándose la barriga mientras toma una cerveza acostado en una hamaca en las playas de Coveñas. Pero, nada que ver: Calixto Avena fué un portero serio y solemne como un discurso del Fondo Monetario Internacional. Pero nadie estará en desacuerdo si digo que ese nombre calza ni mandado a hacer para alguna telenovela costumbrista criolla ("...y Julián Román comoooo, Calixto Avena...").