¿Le gustan las historias de sangre, sudor, lágrimas, engaños, mentiras, tensión, pasión, actuaciones mediocres, mujeres hermosas? Entonces vete a ver telenovelas, mariconcito (?). Ojo que vamos a hablar de un partido de fútbol: uno en que se tuvo todos los ingredientes mencionados arriba, y en el que la tensión alcanzó los niveles de cocaína en una prueba de sangre de Maradona. Un partido en el que ocurrió la clásica historia de David y Goliath, pero perdiendo David. Un juego en el que al final no se supo a ciencia cierta quienes eran los malos y los buenos. Estamos hablando del accidentadísimo y tenso partido entre Brasil y Chile en el Maracaná, por las eliminatorias a Italia 90. Si está parado, siéntese (¿cómo mierda va a estar parado, si está en frente del computador?), si está acostado, párese y si no está leyendo esto, siga con lo que está haciendo.
Antecedentes: O maior humillacao.
Si preguntamos a qué Mundiales de Fútbol (entiéndase fases finales: supuestamente el Mundial empieza con las eliminatorias) ha ido Brasil, hasta la tía suya evangélica que sólo ve Enlace TV le salta: "A todos, mijo, eso lo sabe todo el mundo". Ahora, si preguntamos si alguna vez Brasil ha cagado fuego para clasificar a un Mundial, ahí si cualquiera se pone a pensar un rato. Al toque alguien dice "Claaaaro, en el 2002 con Luiz Felipe Scolari clasificaron recién en la última fecha, después de estar penando toda la eliminatoria con Vanderley Luxemburgo". Bueno, puede ser, aunque refutaremos "Sí, pero esa última fecha le tocó de local contra Venezuela. O sea, el nivel de susto bajó a un -1 en escala parto". Y ahí sí empiezan todos a googlear (?) y a averiguar casos puntuales, que en realidad no son de Brasil pariendo para clasificar sino Brasil clasificando dando pena, que es muy diferente.
Así que hablemos de 1989 y de las eliminatorias sudamericanas a Italia 90. Recordemos que en esos lejanos tiempos de colores neón y peinados Alf ,las selecciones sudamericanas estaban divididas en varios grupos, no en uno sólo como hoy. No señor, en esos días sí que era jodido el asunto: algún grande pegaba una mala racha y quedaba afuera en 4 partidos, como le pasó a Argentina contra Perú en el 70, o a Uruguay contra ¡¡Bolivia!! (que quedó fuera después) en el 78 y contra Perú en el 82. O a Colombia, que duró 6 mundiales seguidos en mala racha (?). Eran grupos de 3 o 4 que, salvo alguna excepción como en el 86, se eliminaba del segundo para abajo. Así, simple y letal como una echada de la novia por SMS.
Para las eliminatorias de Italia 90 no jugaba Argentina por eso de ser el campeón anterior (se, ya no se hace más), por lo que los 9 equipos fueron apilados (?) en 3 grupos: el primero con Uruguay, Bolivia y Perú (clasificó Uruguay con algo de susto); el segundo con Colombia, Paraguay y Ecuador (clasificamos nosotros con un poco de hambre en éste grupo, en el que los ecuatorianos -ya eliminados - nos dieron la mano en el último juego ganándole 3-1 a Paraguay en Quito), y el último con Brasil, Chile y Venezuela, eje (?) de éste partido que hablaremos hoy.Así que hablemos de 1989 y de las eliminatorias sudamericanas a Italia 90. Recordemos que en esos lejanos tiempos de colores neón y peinados Alf ,las selecciones sudamericanas estaban divididas en varios grupos, no en uno sólo como hoy. No señor, en esos días sí que era jodido el asunto: algún grande pegaba una mala racha y quedaba afuera en 4 partidos, como le pasó a Argentina contra Perú en el 70, o a Uruguay contra ¡¡Bolivia!! (que quedó fuera después) en el 78 y contra Perú en el 82. O a Colombia, que duró 6 mundiales seguidos en mala racha (?). Eran grupos de 3 o 4 que, salvo alguna excepción como en el 86, se eliminaba del segundo para abajo. Así, simple y letal como una echada de la novia por SMS.
Para esa ocasión el Todopoderoso Bra-sil afrontaba, por primera vez en muchos años, las eliminatorias con una sarta de interrogantes saturándole el asterisco. Porque hacía apenas dos añitos la selección chilena, para sorpresa de todo el planeta (hasta de los mismos chilenos) le pegó a Brasil un terrible e inesperado baile por 4-0 en la Copa América del 87, en el último partido del grupo que compartían con (casualmente) Venezuela. Brasil con un empate pasaba a semifinales, por lo que salieron contra los chilenos más confiados que los Mockusistas en la primera vuelta de las Elecciones 2010. Porque, ¿cuándo se había visto a un equipo chileno ganar un partido por goleada ante un poderoso? Es más, ¿cuándo se había visto a un equipo chileno ganar un partido ante un poderoso? Aún más: ¿ cuándo se había visto a un equipo chileno ganar un partido? (?). Pero contra todos los pronósticos que apostaban 1400-1 y encimaban un pedacito de la Patagonia a una victoria chilena, los australes se desataron ese día y gastaron los goles que le quedaban de la década contra unos brasileños que veían pasar asombrados a los delanteros chilenos como si éstos estuvieran invadiendo las salidas al mar de los vecinos.
El Autotroll (?) del estadio Chateau Carreras de Córdoba muestra el resultado increíble. ¡Cómo te lo´gozai! (Tomado del gran Fútbol Ochentoso)
La cosa no fue de casualidad: Chile tenía uno de los mejores equipos (al menos, de los más contundentes) de su historia, empezando por su arquero, el grandísimo Roberto “El Cóndor” Rojas, para muchos el mejor portero de la historia del fútbol chileno, un portero de esos de antes, que aparte de tener liderazgo era capaz de atajarse hasta la diarrea con un Mejoral. Delante de él estaba un defensor central de los que de vez en vez saca Chile: rocoso, áspero pero leal para jugar y con gran salida: Fernando Astengo, y que no los engañe su Buenas Peras look, el tipo era un crack.Roberto "El Cóndor" Rojas, ídolo y arquerazo
Así que en el 89 los brasileños tenían todos los motivos para tirar tuda a carne em o asadeiro (?), porque si se descuidaban los chilenos le ganaban de mano la clasificación a Italia 90. Afortunadamente para ellos tenían un terrible combo de ensueño (bah, cuándo no...), con Ricardo Gomes, Branco, Dunga, Valdo, Silas, Careca, Romario y Bebeto, bajo el mando del polémico pero serio Sebastiao Lazaroni, joven técnico al que criticaban en Brasil los puristas (o sea, el 95% de la afición) por sus innovaciones tácticas orientadas al refuerzo de la defensa. Lazaroni era amante (?) del uso de un quinto defensa detrás de una línea de 4, revolucionario sistema que ya tenía como 25 años de uso, pero bue. El polémico puesto de 5to defensa lo ocupaba Mauro Galvao, y como Brasil ganara con categoría la Copa América del 89, las críticas se apagaron un poco. Pero el fantasma chileno estaba ahí, latente, y la posibilidad de una eliminación resaltaba de vez en cuando en el horizonte. Los brasileños tenían otra ventaja grande: el azar (cofcofcofcof loschanchullosdelaConmebol cofcofcofcof) dispuso que el último partido del grupo enfrentaba a brasileños contra chilenos en el Maracaná. Así que todo se reducía a la carrera por ver quién le metía más goles a los pobres venezolanos, eternas cantimploras de las eliminatorias hasta hace poco, para clasificar por gol diferencia. ¿Cómo iba a ser el asunto? Lo veremos en el próximo capítulo.
Próximo Capítulo (?)
Empezó todo un 30 de Julio de 1989, con el acostumbrado paseo brasileño por Caracas cada 4 años: un tibio 4-0 (goles de Branco, Romario y Bebeto -2-) que no superaba las expectativas verdeamarelhas. Pero respiraron un poco cuando 7 días después, los chilenos vencían a los venezolanos de visitante por apenas un 3-1, que obligaba a los chilenos a ganarles a Brasil en Santiago para no depender del gol diferencia.En el equipo austral se sumaron dos grandes nombres en ésta eliminatoria: el terrible romperredes Jorge “El Mortero” Aravena, supuestamente volante de creación pero algo simple para crear juego. Lo que pasa es que al “Mortero” no lo podías dejar por fuera de la alineación porque tenía una pegada im-pre-sio-nan-te: tiro libre y ay mamita, pelota en movimiento y ay Diosito, rebote en el aire y Ay mi madre. Así que la solución era dejarlo que jugara en el medio, no estorbase el flujo de juego y que pateara cualquier cosa que le pusieran en frente. El otro que se sumó al equipo fue un ídolo histórico del fútbol chileno, el tremendo delantero Patricio “El Pato” Yañez, en plena madurez futbolística y con ganas de volver a un Mundial después de su fallida experiencia en 1982. Como alternativa los chilenos tenían a un juvenil delantero, un tal Iván Zamorano...
Después vino el esperado Chile-Brasil en Santiago, en un estadio en el que no cabía un arroz parado. Los chilenos se la pasaron todo el partido ataque que ataque, (y pegue que pegue) pero cada vez que los brasileños contragolpeaban (¡precisamente ellos!) hacía que 50.000 pares de huevos desafiaran las leyes de la anatomía alojándose en 50.000 respectivas gargantas. ¡Y pasó que al minuto 63 se fue arriba Brasil con un autogol! Pero Chile empató el partido de milagro al último minuto, con un poquitín de ayuda del juez colombiano Jesús “El Chucho” Díaz, que dejó que en un tiro libre indirecto dentro del área, los chilenos cobraran mientras los brasileños armaban la barrera (!!) para que Ivo Basay metiera el 1-1 final. Una falta total de códigos de los chilenos, pero como fue contra los brasileños se les perdona (?). El comportamiento del respetable en ese encuentro dejó mucho que desear (?), por lo que la Conmebol decidió con toda (cofcofcofcof) justicia (cofcofcof, puta que ambiente enrarecido éste) que el siguiente partido de Chile fuera jugado en un estadio neutral. ¿Manito para Brasil? Naaaaaaa, que vaaaaaa…
Venían los dos partidos de local contra los venezolanos: en el suyo Brasil siguió aumentando la diferencia por medio de un esperable 6-0, lo que obligaba a Chile ganarle a Venezuela en el siguiente partido por al menos 8 goles de diferencia para no tener que salir a ganarle a Brasil en el Maracaná. El partido se disputó en Mendoza (Argentina) un 27 de Agosto de 1989. Y fue el desperdicio de goles más grande que se ha visto en canchas sudamericanas: a los 10 minutos el partido podía haber ido tranquilamente 4-0 a favor de Chile, pero los nervios y el cagazo engarrotaban los pies de los chilenos, que se comían unos goles que enorgullecerían hasta a Hugo Rodallega. Hasta el minuto 24 no pudo Chile hacer el 1-0, cuando ya se había comido (sin exagerar) 7 u 8 goles facilitos, y terminó el primer tiempo ganando 4-0. Había hecho la mitad de la tarea, pero la otra la mandó al carajo en el 2do tiempo, en el que sólo metió un gol más para ganar con un insuficiente 5-0 el partido. O sea: Chile tenía sí o sí que ganar en el Maracaná si querían ir al Mundial.
Y llegó el fatídico partido, un frío 3 de Septiembre. Antes, una previa cargadísima, con muchas acusaciones y desafíos de por medio. Chile se había tocado con los favorcitos de calendario y la manito de la Conmebol, por lo que al parecer decidieron tener un Plan B. Que no era jugar al fútbol, sino montar una tragicomedia, una zarzuela que pudiera garantizarles al menos un último partido en un terreno neutral para ir al Mundial. por la puerta de atrás. Un plan de mierda (?). Los brasileños en cambio, y acordándose de la fatídica experiencia de 2 años atrás, salieron dispuestos a comerse el mundo a punta de goles, a dejar el césped del lado chileno pelado y sin vida como el terreno de las batallas de la Primera Guerra Mundial.
Los equipos de esa histórica tarde formaron así, adelante Andrea (?):
Brazil (?): Taffarel; Mauro Galvão; Jorginho, Aldair, Ricardo Gomes, “Bidón” Branco; Valdo, Dunga, Silas; Careca, Bebeto.
Chile: Roberto Rojas; Patricio Reyes, Hugo González, Fernando Astengo, Héctor Puebla; Alejandro Hisis, Jaime Vera, Jaime Pizarro, Jorge Aravena; Patricio Yáñez, Juan Carlos Letelier.
Desde el primer momento la táctica de los dos equipos fue clarísima: Brasil mandó arriba hasta a Xuxa y A Feticeira, y Chile, curiosamente, se dedicó a defenderse dejando que pasara el tiempo. "Curiosamente" porque supuestamente necesitaban ganar, ¡pero recordemos el Plan B! O tal vez confiaban en mantener el 0-0 hasta que los brasileños se desesperaran, para ahí sí matarlos al contragolpe. El Maracaná era un mar de 160.000 gargantas engarrotadas al máximo nivel de histerismo y cagazo, en el campo los 22 se mataban a pelotazos, tiros al arco y empujones. La tensión hacía el ambiente pesadísimo como un pisotón de Godzilla. La gente se quería meter al campo y adentro se seguían jugando la vida los 22. Todo el conjunto formaba un espectáculo pletórico de emoción, casi bello, que si no te emocionaba era porque te gustaba el hockey e ir a retiros espirituales los domingos.
No se sabe si la táctica de “espera-que-se-desesperen” les hubiera funcionado a los chilenos, porque a los 4 minutos del Segundo Tiempo el mítico Careca metió el 1-0 que ponía el mundo patas arriba para Chile, pues tenían que salir sí o sí a atacar. Fue cuando los chilenos sacaron del maletín los Planes B, C, D y E: dejar la actitud contemplativa de la vida y mandarse al frente, cuidarse las espaldas para evitar que te vacunaran Bebeto o Careca, tratar de desesperar a brasileños para que hicieran alguna cagada, y, sobre todo, esperar un papayazo para que se fuera todo a la mierda y se jugara un 3er partido. Ésta última parte del plan no era muy clara, pero a ver como te cachái esto: las cámaras estaban enfocando cualquier cosa cuando, de repente, se ve al gran Cóndor Rojas tirado en el piso en medio de un manantial de humo, como si fuera Giovanni Moreno tras un foul (?). A ver el video:
Increíble pero cierto: alguien de la tribuna lanzó una bengala, que impactó al Cóndor Rojas! Y cuando la TV muestra la cara del Cóndor llena de sangre, se va todo al carajo. ¡Un verguero, una vergüenza! Un escándalo. Fue esos momentos de calentura en que nació el inmortal “Hacer un Pato Yañez”, más glorioso aún que “Hacer un Homero”:
¡Y cómo se les frunció el * a los brasileños! Porque con ésta salvaje agresión (o lo que todo el mundo tenía como tal) se les podía venir una sanción que los dejara afuera del Mundial por primera vez en su historia. Y más cuando los chilenos, calientes hasta las bolas con todo éste ambiente, decidieron retirarse del campo de juego en protesta por la supuesta agresión y aduciendo falta de garantías. En el aire quedó la sensación que a los brasileños se les iba a venir hondo de alguna manera, aunque todos sabíamos en el fondo que a Brasil si mucho lo iban a sancionar con un edicto publicado en los Clasificados de El Tiempo. Pero de todos modos el asunto pintaba para largo y para una sanción histórica para alguno.
Pero los medios brasileños no se quedaron con las ganas de armar roña, y se pusieron en la tarea de averiguar si había algo raro en éste circo. Y fue revisando videos que se comprobó que: a) La bengala, en efecto, cayó de la tribuna cerca del Cóndor Rojas, b) La bengala NO tocó la humanidad (?) del Cóndor, c) éste se cae sin que nada lo toque, d) en el suelo, se lo ve raspándose la frente con el dorso del guante, e) sangra (?). ¿Conclusión? ¡Montaje! Ante el acoso de los medios, de la Conmebol y de la propia FIFA los implicados no tuvieron más remedio que confesar que todo había sido una maniobra, destinada a que el partido se cancelara por exceso de calentura y se jugara después en un terreno neutral. Lamentable. Como era de esperar la FIFA se despachó en sanciones (¿qué hubiera pasado si todo hubiera sido cierto? ¿Baneaban a Brasil?) y castigó de por vida al Cóndor Rojas, no sólo de partidos internacionales sino de cualquier cancha de fútbol (!!!). A Fernando Astengo, al DT Aravena y a otros miembros de la delegación se le sancionó por 4 años.
El fútbol perdió en todo esto: una de las mejores selecciones Chile de su historia no fue al Mundial (probablemente no hubiera ido tampoco como iba el partido, pero nunca se sabe) y en vez de ellos fue Brasil, que fue eliminado tristemente en Italia 90 por una mediocre Argentina. Al gran Cóndor Rojas se le cortó la carrera (fue amnistiado por la FIFA apenas en 2000), así como a Astengo, que volvió 4 años después pero obviamente sin la categoría de antaño. Tal vez si Chile hubiera dedicado algo de tiempo a prepararse para ganar el partido, en vez de practicar actuaciones de vodevil hubieran dado el batacazo más grande de todos los tiempos. Pero así lo quiso Dios (?). Lo único que lograron, ayudados bastante por el cagazo y el histerismo de los brasileños, fue que éste partido quedará en la memoria no sólo por el monumental escándalo, sino por el nivel de adrenalina y tensión que derrochó en todo momento (antes, durante y después).
Para terminar, y sabiendo lo pajizos que son ustedes (?), nos anticipamos a la pregunta de “YSEC, en la primera frase mencionó que ésta historia habían mujeres hermosas. ¿Qué pasó, ah? ¡No le venda fruta podrida al pueblo!” Tranquilo, Bobby: que si hubo. Detrás de la bengala arrojada al Cóndor había una menina (?) llamada Rosenery Mello (así, con nombre de pila de delantero paraguayo) que durante unos días fue odiada y estigmatizada por todo Brasil. Claro: por culpa de ésta idiota podían quedar fuera del Mundial. Pobrecinha (?). La cosa es que cuando se comprobó la farsa y todos en Brasil volvieron a respirar con normalidad, la chica fue tentada por la Playboy local para posar ligera de ropa en la revista y quedar inmortalizada como "A Fogueteira".
Viendo las fotos de A Fogueteira coincidimos en que, efectivamente, mentimos cuando hablamos de mujeres hermosas... pero para eso consulte con su telenovela más cercana. Aquí sólo hablamos de fútbol. Siempre. Bueno, casi.
ufff.. qué patada tan Hp la que le pegaron al brazuca (¿dunga?) en el partido en Santiago...
ResponderBorrarPeor bueno, de todas maneras en el relato sí hubo mujeres hermosas... en esta frase que me mató dela risa:
"Brasil mandó arriba hasta a Xuxa y A Feticeira"... jajajaja me mié con esto! (par de mujerones)
El que recibe esa patada criminal es Branco.
ResponderBorrarlleve lo suyo Branco, que patada tan hp le pegaron.
ResponderBorrarexcelente la parte de ¿Cómo iba a ser el asunto? Lo veremos en el próximo capítulo.
Próximo Capítulo (?) jajajaja
salu2
No master of puppets, que paso con lo de mujeres, en vez de poner a esa cuchinha(?) debio haber puesto a esta RICA que tanto deleito a los muchachos por BAND TV: http://www.youtube.com/watch?v=VGncMrduPdg&feature=PlayList&p=D7E65E7EFE9BD588&index=3&playnext=2
ResponderBorrarEsto si era mucha hembra....
Grosso post, e increible material fotogradico.
ResponderBorrarQue grande el Pato Yañez, sin duda uno de los idolos de mi infancia que no eran argentinos (los otros por ej. son Stalin Rivas (?), El Diablo Etcheverry,etc)
Crónica magistral! Don YSEC, ya quisieran en R*N o en C***col tener algo como esto.
ResponderBorrarMe uno a Paul.... Bastante Magia la que derrochó en este Post. En su post pone varias veces la palabra Crack, YSEC que Crack que sos!!!. Me cagué bastante de la risa con tantos apuntes que tiene este Post! Gracias por la Magia Maestro!
ResponderBorrarLa tan llamada "patada" a Branco parece más una simulación...
ResponderBorrarCaramba, parece que fue ayer...
Eso es lo bonito del fútbol
Como siempre excelente YSEC. Una gran investigación para dar como resultado media hora de retraso en mis labores pero un tiradero de caja ni el mas hp!! Felicitaciones.
ResponderBorrarGracias compañeros!
ResponderBorrarÈste partido lo recordarè siempre (tengo la fortuna de haber visto todos esos vergueros en vivo) por el nivel de adrenalina y estrès manejado. Puro fùtbol sudamericano, con las huevas en la garganta y el cuchillo en la mano.
Lo de "A Fogueteira" fue una decepcao (?), tanto que oi hablar de ella que me imaginè a "A Feticeira" II, y resulta que parece màs a un guitarrista de banda de power metal sueca de los 80!
Excelente post. Lo tuve que leer fraccionado como en 1/146 partes gracias a un sin fin de interrupciones, pero el resultado fue emocionante.
ResponderBorrarJueputa leí y sentí que tenía la misma edad de YSEC cuando vió ese partido! (?)
ResponderBorrarYa en serio una de las mejores reseñas que he podido leer sobre un partido polémico, lo mejor de todo con muchas risas, GRANDE YSEC!
Sabroso recuento como siempre don YSEC. Muy bien resenado el Condor, efectivamente un arquerazo,- y un completo hampon- y Aravena, un jugador mediocre que solo sabia hacer una cosa. Aunque explosivamente bien.
ResponderBorrarUna pregunta que siempre me hice es en que consistia en realidad el plan del Condor y sus secuaces (o viceversa). Es decir, la caida de la bengala es fortuita, parece concordar el jurado (?). Luego, que pretendia hacer el Condor con la gillete en realidad? Cortarse cuando, donde, como y por que?
No se si me perdi una parte, si soy muy burro o si efectivamente se necesita al inspector Ruanini para esclarecer esta duda...?
La verdá, querido Carlos (?) que usted se supera día a día. Excelente post. El partido en cuestión puede verse online: primer tiempo y segundo
ResponderBorrarParece no darse cuenta que Chile es mas que Colombia hoy en dia, solo mire como comenzo de mal esta eliminatoria, ahora que van a hacer
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