miércoles, julio 20, 2011

Se acabó el paseo: Balance en frío y el Uno x Uno de Colombia en la Copa de Mierda ésta (?)

Desde que tengo memoría, por allá por los años en los que el mundo giraba con 23° de desviación con el eje de rotación actual, ha pasado la siguiente cadena de hechos con la selección Colombia: 1) Se va a un torneo con expectativas mesuradas/poca bulla de la prensa y afición; 2) Las primeras actuaciones de la selección sobrepasan los pronósticos; 3) Se le gana a un grande, 4) Se genera una atmósfera general de confianza, 5) Quedamos eliminados contra un equipo ganable/revivimos a un muerto. Ahora que veo que pasa lo mismo me reafirmo en mi teoría (y que Einstein se vaya al carajo con sus teorías del espacio y el tiempo) que el fútbol colombiano constituye en sí mismo una cinta de Möbieus (?), un ciclo repetitivo en el que sólo cambia el hecho que una vez pasa con Eduardo Emilio Vilarete y el Vallenato Agudelo, y otra con Falcao García y Freddy Guarín.

Pero dejemos de quejarnos: con el patrocinio de:

(?)
...presentaremos el balance general de la Selección Colombia en ésta Copa América.

1. Sí, el Balance General

Hombre, no estuvimos mal. Mátenme (?), pero el partido más flojo que tuvimos fué contra el rejunte de estudiantes universitarios que compitió bajo uniforme de Costa Rica. Porque en el partido que quedamos afuera, la verdad, lo merecimos ganar lejos. Le-jossss. A Perú no es que lo hayamos bailado, pero le llegamos bastante, lo peloteamos mucho y por momentos lo tuvimos más encerrados que un lector promedio de éste blog un viernes en la noche. Pasa que cuando los teníamos para matarlos, perdonamos. Como Falcao en el penal, y en un par de jugadas más de esas que en el Porto no falla. O como Yepes las 3 veces que quedó sólo en el área para cabecear, y la mandó de jonrón. O como Rodallega, que, bueno, es Rodallega. Que la derrota no tape el hecho que vimos la selección Colombia más armada y de más categoría de al menos los últimos 10 años. Hay jugadores jóvenes y de calidad, con un trabajo serio y discreto se puede clasificar sin mucha afugias a Brasil 2014. ¿Dijimos "discreto"? Mierda, está el Bolillo....

2. El Técnico

 "Ajj, otra pregunta güevona... a ver cuándo termina ésto para irme a ver Suso el Paspi..." (?)

Dicen las malas lenguas que al Bolillo le arma el equipo Leonel. Claro que eso mismo decían que hacía el Bolillo cuando era asistente de Pa$how, así que si le hacemos caso a todo lo que dicen, el día que nos dirija Pep Guardiola dirá uno que le va a armar el equipo el Teacher Berrío. Pero concretemos: ¿el equipo fué sólido? Síp. ¿Se creó juego? Sip. ¿Se hubiera podido hacer más? Puede que sí: el Bolillo tiene parte de responsabilidad en ésta eliminación (detector de perogrulladas-on), porque no quiso o no pudo encontrarle variantes a ese esquema con Adrián Ramos de aguatero por un lado y con Falcao de única punta. Sólo cuando las papas quemaron, el Bolillo se arriesgó a desbaratar (así como lo leen (?)) su sistema, pero un poquito mucho movido por el desespero que da tener que pensar en situaciones similares a ésta. O que alguien me explique la lógica de banquear todo el torneo a Jackson Martínez, para ponerlo nada más 10 minutos contra Perú, y jugando de wing izquierdo (!!!!).

¿Que Leonel no se vería mal como DT de la selección? Hombre, de acuerdo. Pero a veces se nos olvida que, de fútbol, el Bolillo sabe bastante, aunque  ultimamente, a él también se le olvida... Yo diría: dejad al Bolillo, pues algo de mérito tiene en ésta cara que presentó el equipo.

Y 3. El uno x uno, en frío y sin ambages (?)

El Neco Martínez: Le tocó jugar de titular casi sin esperárselo, y respondió más de lo que se esperaba. Contra Argentina nos salvó las papas un par de veces, las ventajas de ser atajador. Lástima que la carroloquez que a veces lo agarra le permite cometer cagadas que terminan en partidos como el de Perú. Lo bueno es saber que, al menos, en caso que David Ospina se rompa otra cosa (?) ya no tenemos que pensar en la alternativa de darle la oportunidad a Leandro Castellanos... (6)

Amaranto Perea: Como en sus mejores épocas: rocoso, impasable, sólido, certero y oportuno en los cierres. No pierde vigencia, Amaranto, en la selección. Le tiras un escuadrón de Al Qaeda y el los para, los hace bajar del carro y los revienta. A puntazos, eso sí. (7).


Mario Yepes: Cuando se fué para el Milan el comentario general fué "Je, je". Pero demostró que está vigente, que no le pasan los años, y que él sólo se basta para ordenar TODA la línea defensiva de la selección. Que siga hasta 2014, o hasta que pueda caminar sin ayuda de bastón (8).

Camilo Zuñiga: Mmm. Una culebra por su lado, desbordando continuamente y apoyando el ataque de la selección. Lástima que los centros buenos los dejó en Napoli. (5)

Pablo Armero: (Ver comentario anterior, y cambiar "Napoli" por "Udine". (5)

Carlos Sánchez: Convengamos en que la pelota en sus pies no es su amiga, se siente incómoda, choca de un pie a otro, se siente en desequilibrio con su esfericidad natural (?). Ahora, no le pidamos ductilidad a Carlos Sánchez sino que quite el balón a los contrarios y se lo dé al de amarillo que esté más cerquita. Y eso lo hizo sobrado, quitándole el balón hasta al árbitro cuando entraba a la cancha.  (7)


Gustavo Bolívar: No desentonó. Hay que verlo contra un equipo de mayores (6).

Abel Aguilar: El problema con Abel Aguilar es que no es lo suficientemente habilidoso para jugar de 10, ni lo suficientemente cavernario para jugar de 6. Así que lo ponen a jugar como un "8", entendiendo ese número como esa mentirosa posición en la que uno en teoría tiene que marcar pero se puede ir al ataque sin que el compañero lo putee a uno por dejarlo sólo. Abel Aguilar funciona en la teoría, porque tiene chispazos, tiene raptos de brillantez que duran lo que una revista de SoHo en una sala de espera. Pero no le basta, a Abel, porque apoya muy debilmente el ataque y aporta muy poquito en la marca. Ya es hora de probar a otro: qué sé yo, un Yulián Anchico, a ver si al fin ya maduró (?). (5)

Dayro Moreno: un grande, el Dayro. Si lo pones de 9 no te falla, pero en éste esquema arrancando como un falso volante, también complica bastante al rival, que indefectiblemente se caga en las patas viendo a un gamín (?) arrasar desde 3/4 a punta de potencia e inteligencia para jugar. Lástima que llegó con la mira desviada, y ojo que no estamos inventando algún chisme (?): nos referimos a que se comió más goles que la delantera completa del DIM en el 2010. (7)


Freddy Guarín: No sé si fué el Bolillo, el Porto, o la madurez (?) que hicieron que ese atolondrado y torpe volante tapón de Pinto se convirtiera en la figura del equipo en ésta Copa América. Muy inteligente para jugar y hacer jugar, con pases milimétricos y empuje permanente. El equipo funcionó arriba (o sea, en eso que los que saben (jijiji) llaman "volumen de juego") en gran parte por él. Figurón (8).


Adrián Ramos: Habría que verlo jugando de punta, en vez de ese invento de carrilero carro loco salido de la febril imaginación del Bolillo. Y eso, que si tengo a Adrián para esa posición lo coloco cómodo detrás de Teófilo y Jackson. Lo salvaron momentos de rapidez y desborde, pero no más (4). ¿Ah, que el gol contra la Costa Rica sub 23? A ver, repitamos: la Costa Rica sub 23... no jodan más.

Falcao: Nos quedamos con la imagen del partido de Perú, y es injusto. Porque Falcao, creo que por primera vez en una competición por los puntos, demostró ser la referencia de ataque que la selección Colombia necesitaba. Y me le planto al que sea. Recibiendo, descargando, abriendo espacios, martillando a punta de tiros. Una culebra, contra Argentina lo sufrieron bastante (aunque convengamos que esa defensa argentina sufría hasta con un triqui traque). Lo que pasó contra Perú (no sólo el penal) vuelve a abrir el camino de la duda, pero yo, YO (?), lo pondría de titular en la eliminatoria (6).

Rodallega: ¿Viejo man, hasta cuando vamos a insistir con Rodallega? (Sin calificación)

Teófilo Gutiérrez: Entró poco. Tuvo el gol de la victoria frente a Argentina, pero por solidaridad con el pueblo gaúcho (o tal vez con la camiseta de Racing...ah, por eso Falcao, contra Perú... (?)), le regaló el balón a Sergio Romero. Después no pesó contra Perú en el rato en que lo metieron a salvar esa casa a punto de derrumbarse...

Jackson Martínez: Una cagada que no lo hayan puesto a jugar. Como dijimos arriba: al Bolillo se le hubiera podido ocurrírsele una mejor idea que meterlo cuando el barco se estaba hundiendo, a 10 minutos de terminar el partido, para revivir la posición de wing izquierdo. Yo que Jackson, después de esa mamadera de gallo, hubiera atacado a golpes de pija muerta a Bolillo en el vestuario...

miércoles, junio 29, 2011

El Libro de Peltre de la Copa América - Vol II: La no muy larga y masomenos triste historia de Colombia en la Copa

Siguiendo con la fiebre desatada por la Copa América (?) LMDF lanza el Volumen II de su Libro de Peltre de la Copa, ésta vez con la historia de las participaciones de la Selección Colombia en la cuasi centenaria copa. 

Advertencia: si quiere agarrar ánimo patrio para apoyar a la selección, no lea éste post (?).

Corría el ya lejano año de 1916. En ese entonces, y me acuerdo como si fuera ayer (?), el fútbol era un deporte aún en crecimiento en Sudamérica, bajado de hace unos pocos años atrás de los barcos británicos que llegaban a los puertos locales. Es por eso que dicen que el fútbol en Colombia entró por Barranquilla, pero parece que los barcos que llegaban allá eran de la B inglesa, porque por acá nos demoramos bastante en aprender el arte de pegarle a la pelota con estilo y clase. El caso es que en el Sur del Continente el fútbol sí pegó bastante, tanto que en 1910 se organizó el primer torneo internacional de selecciones sudamericanas entre Argentina, Chile y Uruguay. Torneo que se repitió en 1916, en Argentina, y con los países mencionados más Brasil, y que oficialmente se considera como la primera edición de la Copa América, en ese entonces llamado Campeonato Sudamericano de Selecciones. Como el asunto cuajó, los delegados de las organizaciones presentes decidieron de paso fundar la Conmebol un 9 de Julio de 1916 en Buenos Aires, ceremonia que seguramente contó con la presencia de Nicolás Leoz y Julio Grondona.

El Uruguay que quedó campeón de 1917

De 1916 a 1945 se jugaron 17 torneos, de los cuales Uruguay ganó 8, Argentina 6, Brasil 2 y Perú (sí, Perú) uno, en la edición jugada en su casa en 1939, donde salió goleador el legendario Teodoro "Lolo" Fernández. ¿Y Colombia? Nones. Nosotros estábamos en la casa, esperando la oportunidad adecuada para dar el gran zarpazo (?).Que llegó en 1945 (la oportunidad, no el zarpazo)...

Copa América 1945, en Chile. Campeón Argentina.

Formación tipo de Colombia en el torneo: Andrés "Bolón" (juro que así le decían) Acosta - Gabriel Mejía, Martínez - Picalúa, Quintero, Antonio Julio De la Hoz - De León, Gámez, González Rubio, Fulgencio Berdugo, Arturo Mendoza. DT: Roberto "El Flaco" Meléndez.

Fué hasta la 18ava edición del torneo, en 1945, que el mundo vió a luz la generación dorada del país del café y las guerras fratricidas entre conservadores y liberales. Decir "Selección Colombia" es una licencia poética: para ese torneo fué el Atlético Junior en representación nuestra, equipo en el que destacaban el jugador y DT Roberto "El Flaco" Meléndez y el gran Antonio Julio de la Hoz. Ese campeonato, como muchos después, se jugó en formato de todos contar todos, a una vuelta, en una sede. Fué en Chile donde nuestros muchachos salieron por primera vez a la cancha a probar las mieles del éxito continental. Lástima que no se dió ese detalle de las mieles (?): en nuestro debut a nivel continental perdimos con Brasil 3-0. Considerando que la delantera de los brasileños lucía varias de sus glorias máximas de todos los tiempos  (el legendario trío del Mundial de 1950 Jair, Zizinho, Ademir más Heleno de Freitas), podemos decir que Brasil jugó relajado (el 3-0 fue a los 38 minutos del partido). Luego nos tocó contra Uruguay, que no les va eso de relajarse, ni para jugar al fútbol ni para cagar a patadas al rival después de una derrota: nos ganó 7-0. 

 El Junior de finales de los 40, la base del equipo que nos representó en las primeras ediciones de la Copa América

Contra Chile mejoramos: sólo perdimos 2-0. Pero tenían que llegar los argentinos, esos mierda sin códigos (?) nos estamparon un lapidario 9-1, derrota en la que lo único destacable fué que metimos nuestro primer gol en la historia de la competición, a cargo de Arturo Mendoza. No todo fueron malas noticias (mode-periodistacriollo-off): 11 días después le ganamos a Ecuador por 3-1 (goles de Gonzalez Rubio, Gámez y Fulgencio Berdugo) y empatamos con Bolivia 3-3 (repitieron los mismos de contra Ecuador) para finalizar antepenúltimos con 3 puntos.

1947, en Ecuador. Campeón Argentina

Formación tipo: Efraín "Caimán" Sánchez - Gabriel Mejía, Jaime Gamboa - Mallarino, Antonio Julio De la Hoz, Estupiñán - Pérez, Rafael Granados, Luis González Rubio, Carlos Arango, Octavio Carrillo. DT: Lino Taioli.

Bajo el mando de un tal Lino Taioli (¿¿¿quién???) fuimos al torneo de 1947 a demostrar que el 5to puesto de 1945 no fué casualidad. Pero parece que sí lo fué (?), porque en éste campeonato nos fué fatal: 2 empates (ambos 0-0, contra Ecuador - horribles eran los ecuatorianos, eh? - y Bolivia) y 5 derrotas: 0-2 contra Uruguay, 0-6 contra Argentina, 0-2 contra Paraguay, 1-5 contra Perú y 1-4 contra Chile). Y eso que teníamos en el arco al grandísimo (de pie, por favor) Efraín "El Caimán" Sánchez, que tuvo la mala suerte de tocarle la época esa en que los nuestros no jugaban a una mierda. Argentina fué campeón con 28 goles a favor (4 por partido de promedio), y cómo no iban a serlo si tenían de delanteros a unos tales Alfredo Di Stéfano, Mario Boyé. Lostau y José Manuel "El Charro" Moreno, que años después obtendría la máxima gloria que un ser humano puede alcanzar: ser campeón con el DIM (??????). Nosotros nos devolvimos para la casa con 19 goles en el bolsillo y muchas lecciones aprendidas. Que las hayamos utilizado después es harina de otro costal (?).

 El legendario Antonio Julio de la Hoz (fuente)

 1949, en Brasil. Campeón Brasil.

Formación Tipo: Efraín "Caimán" Sánchez (Dagoberto Acosta) - Gabriel Mejía, Marriaga - Gastelbondo, Guerra, Muñoz - García, González Rubio, De León, Berdugo, Pérez. DT: Roberto Meléndez

Esa edición de 1949 pasará a la historia por el fenomenal baile que Brasil le hacía pasar a casi cada rival que le tocaba en frente. 9-1 a Ecuador en el debut, 10-1 a Bolivia, un intervalo con un tibio 2-1 a Chile, 7-1 a Perú, 5-1 a los mismos uruguayos que los iban a hacer llorar un año después en el Maracaná. Ah, ¿y nosotros? También nos aplicaron la dosis: un 5-0 relax. Brasil llegó a la última fecha con chance de empatar con Paraguay para ser campeón, pero les agarró la hielinha y perdieron 2-1 sorpresivamente, obligando a un match de desempate (en esos lejanos tiempos no existía el gol diferencia). En la revancha los brasileños se emputaron y les empujaron a los guaraníes un 7-0 para que no jodieran más y res-pe-taran. Cabe anotar que Argentina no participó en ese torneo porque un país de Sudamérica (ejem, ejem) se llevó descaradamente, y en un acto de piratería extremo (juro (?) que ésto será motivo de post) a sus mejores jugadores. 

 Qué Neymar ni qué Ganso ni qué Pato: de pie ante Zizinho, Ademir y Jair

Bueno, nosotros. Otra vez quedamos de últimos. Perdimos, aparte del partido contra Brasil, con Paraguay 0-3, con Perú 0-4, con Ecuador (¡¡¡tan jodidos estábamos que perdíamos con éstos!!!) 1-4, con Bolivia (peor) 0-4. Nos salvaron los empates contra Chile 1-1 y contra Uruguay 2-2. Pero no importaba, teníamos el mejor fútbol del mundo en casa con El Dorado! ¡¡¡Bieeeennnnnnnnnn!!!

1957, en Perú. Campeón Argentina.

Formación Tipo: "Caimán".Sánchez - "El Cobo" Zuluaga, Ronaldo Viáfara - I. Sánchez, Jaime Silva, Rubio - Andrade, Alvarez, Gutiérrez, Delio "Maravilla" Gamboa, Carlos Arango (Alberto "El Cóndor" Valencia). DT: Pedro López.

Por motivos de fuerza mayor (??) no participamos de los torneos de 1953, 1955 y 1956. Volvimos en 1957 con una nómina totalmente renovada respecto de la última participación 8 años atrás: incluyendo a leyendas de nuestro fútbol como Francisco "El Cobo" Zuluaga y el gran Delio "Maravilla" Gamboa, que según dicen era de una calidad digna de mejores lugas. El el arco repitió convocatoria el gran "Caimán" Sánchez, que inició el torneo en la banca para darle su puesto a un tal Ingerman Benítez, portero valluno que se graduó con un 2-8 contra Argentina. Como consecuencia volvió el Caimán al siguiente partido (y otros 5 cambios) contra Chile (perdimos 2-3) y después contra Uruguay, en el que se consiguió un histórico 1-0 (gol de la reliquia de los 40, Carlos Arango) que tuvo que ser celebrado con alborozo en nuestro país en esos días, o qué se yo. Aunque me imagino que una noticia llegaba en esos días a la semana de producido el hecho (?).

Delio "Maravilla" Gamboa (fuente)

Después nos pasó la histórica constante que caracteriza a nuestras selecciones: después de un triunfo resonante viene una gran cagada. Porque Brasil nos pegó un baño de realidad días después clavándonos un 9-0 en el que las crónicas de la época coinciden que la figura del partido fué ¡¡¡¡El Caimán Sánchez!!!! Imagínate cómo fué el baile... ese Brasil fué la base que quedó campeón del mundo un añito después, en Suecia. Después Perú nos despachó un 1-4, del que nos recuperamos ganándole a Ecuador (oootra vez) por idéntico marcador en la despedida del torneo. Aún seguíamos a años luz de los grandes (y medianos) de Sudamérica, pero al menos ya recuperamos nuestro histórico 5to lugar (?). El campeón fué Argentina, a cuya delantera mítica con Corbatta, Maschio, Angelillo, Sívori y Cruz le pasó dos cosas: 1) quedó en la historia del fútbol sudamericano por su calidad extrema, y 2) fué desbandada por las liras y dólares de los grandes clubes italianos de la época.

1963, Bolivia. Campeón Bolivia (Ah, bue...).

Formación Tipo: Senén Mosquera (Adelmo Vivas) - Marín, Jaime González - Marcos Coll (Conrado Arango), Aponte, Oscar López - Jaime Silva, Carlos Campillo, Delio "Maravilla" Gamboa, Héctor González, Herman "El Cuca" Aceros.

Una foto para la historia: un boliviano alzando una copa que no es de pisco...
Colombia declinó de participar en el doble torneo de 1959 en Argentina (campeones los locales) y el bizarro segundo torneo del mismo año, cuya final se jugó el 25 de Diciembre en Guayaquil (!!!) (campeón Uruguay). En cambio se prestó a participar en el torneo de 1963, que por primera vez se jugó en Bolivia. Donde quedaron campeones por primera y única vez en su historia los bolivianos, que gracias a su juego efectivo y solidario naaah, gracias a la altura, eso lo sabemos todos se alzó con el título en un increíble 5-4 contra Brasil en la última fecha. Aclaremos que los grandes sudamericanos ya se tomaban la Copa América de pura recocha: enviaban a selecciones clase B. Menos Uruguay, que no envió a nadie (?): simplemente renunció a participar porque los locales no aceptaron su solicitud de no jugar el torneo en ese desfiladero asfixiante de La Paz. Vivos, los del altiplano. 


Sí, otra vez de pie: Marcos "El Olímpico" Coll con la vieja camiseta azul de la Selección...

Nosotros fuimos con una selección dirigida por esa gloria del fútbol lírico llamada Gabriel Ochoa Uribe (?). Me imagino que, después de haber clasificado al mundial anterior, llegamos hablando mierda. Y quedamos de últimos, perdiendo 5 partidos y empatando sólo uno, ante Perú. Un desastre.

1967, en Uruguay (ronda final). Campeón Uruguay.

Formación tipo: Heriberto Solís - Oscar López, Hermenegildo Segrera - Márquez, Valencia, Castillo - Uriel Cadavid, Mario Agudelo, Delio "Maravilla" Gamboa, Jorge Ramírez Gallego (sí, el papá de ese), Alfonso Cañón (sí, el papá del muerto ese (?)). DT: César López Fretes.

Uruguay versión 1967. En el arco lucía su juvenil pinta el glorioso Ladislao Mazurkiewicz

Ya en ésta edición se evidenciaba la progresiva decadencia del torneo, que iba de a poco generando muy poco interés para las potencias continentales. El primer signo de decadencia fué el debut de Venezuela (?), que en esas épocas (y hasta hace no mucho, eh) tenía menos calidad que un control remoto de $10,000. Por alguna razón a nosotros nos mandaron a eliminarnos en un repechaje contra los chilenos, que nos despacharon rapidito en la llave con un 5-2 en Santiago y 0-0 en al vuelta, en la gélida y triste (?) Bogotá. Nosotros no tuvimos tiempo ni de agarrarle el gusto al torneo, y pasó desapercibido el debut continental de Alfonso Cañón. Quedó campeón Uruguay en el Hexagonal final (al que no asistieron ni Brasil ni Perú). Y el torneo se dejó de jugar 8 largos años...

1975 (varias sedes). Campeón Perú.
Formación tipo: Pedro Antonio Zape - Arturo Segovia, "El Boricua" Zárate (ay Dios mío, estoy llorando de la emoción (?)), Miguel Escobar, Oscar Bolaño - Diego Edison Umaña, Eduardo Retat, Osvaldo Calero - Willington Ortiz,Ernesto Díaz, Ponciano Castro. DT: Efraín "El Caimán" Sánchez.

 
El glorioso equipo de 1975 (fuente)
Y éste fué el torneo en el que, por primera vez, fuimos protagonistas.Si miramos el equipo base nuestro del párrafo de arriba destila grossez y gloria por todos los poros: varios de los nombres más gloriosos de la historia de nuestor fútbol jugaron esa Copa América, y casi la ganan. De hecho: esa misma nómina base quedó por fuera del Mundial del año anterior por un pelito contra Uruguay. Para ésta edición el torneo se revitalizó, cambió su formato de todos contra todos a fase de grupos y se olvidó de la sede fija. Así que a nosotros nos tocó jugarnos la clasificación a semifinales en el grupo C contra Ecuador y Paraguay, en juegos de ida y vuelta, que ganamos todos para pasar sobrados a semifinales. En donde nos tocó contra Uruguay, ganándole 3-0 en Bogotá en la ida (goles de Edgar Angulo, Willington y Ernesto Díaz). Y se venía la vuelta, en un Centenario lleno hasta los topes que vió como apenas nos pudieron ganar 1-0 en un partido infartante y tenso en donde  el goleador charrúa Fernando Morena se recibió de cagado botando un penalty al minuto 77 y viendo como el grandísimo Pedro Zape le atajaba otro al minuto 80. Saludos de Palermo (?).

La final nos tocó contra un Perú que contaba (también) con varios de los nombres más gloriosos de su muy antigua historia. Empezando por el gran Teófilo Cubillas, y siguiendo con Héctor Cumpitaz, Percy Rojas, Juan Carlos Oblitas y Hugo "El Cholo" Sotil. En la ida ganamos 1-0, gol de esa gloria del Poderoso, Ponciano Castro. En la vuelta en Lima nos ganaron 2-0 gracias a sendas cagadas de nuestra defensa y portero. En la final no valía lo del gol diferencia, por lo que se tuvo que jugar un tercer partido, en Caracas, en el que perdimos 1-0 con gol del Cholo Sotil. No se puede celebrar un segundo puesto, pero, qué carajo: éste equipo demostró huevas y ganas, ya era mucho para la historia de la Selección... si alguno tiene alguna objeción, lo espero en Segurola y la Oriental (?).


 

Proximamente: Segunda Parte.

sábado, junio 18, 2011

El Gran Libro de Peltre Gran de la Copa América: Capítulo I - Las mascotas

¿Se ha preguntado alguna vez cual es el objeto o fin de una mascota de un campeonato de fútbol? Nosotros lo hemos muchas veces, y tenemos la duda entre éstas dos opciones:
  • ¿Es acaso un símbolo icónico que funciona como una relación triádica genuina entre el psiquis colectivo de todo un país-pueblo-nación y la actividad deportiva como válvula de escape entre el Ser Nacional y el Sophos, entendiendo lo anterior como una representación diagrámica fundamental de un ícono que solivianta el orgullo nacional?
  • ¿O será más bien un muñequito cacorro que se inventa la organización para sacarle plata a la gente?
Pinta más la segunda, digo, con la experiencia que tiene uno. Porque hasta el momento no hemos visto que una mascota gane la Copa, o siquiera que meta un pase gol, o que haya estado sentada en el comité de disciplina de la Copa designando a esos árbitros paraguayos que tanto les gusta tarjetear a los que juegan contra Brasil. Pero existen, esas hijas de puta (?), existen, y hay que hablar de ellas. Por lo que arrancamos ésta nueva edición del Libro de Peltre, enfocado ésta vez a la Copa América que comenzará dentro de unos días en Argentina, hablando de las mascotas de cada edición, esos bichos ridículos y pomposos que dicen tantas cosas de la inventiva de los publicistas sudamericanos.No necesariamente buenas, eh? (?).

Argentina 1987: Gardelito

Antes de la edición de 1987 las Copa América no tenían mascota oficial. Si mucho un Caimán Sánchez, o un Pony Maturana. O un Julián Camino Perro Hijueputa. No sé, en la página de la Conmebol no se ven (?). Pero para 1987 (a propósito, la primera edición en muchos años que tuvo sede fija, eso lo veremos en otro post) los organizadores decidieron crear una mascota que recordaba al cantante y símbolo argentino nacido en Francia o probablemente en Uruguay (ejem, ejem). O sea: la mascota era como Gardel pero como de 10 años de edad y con carita feliz, a diferencia del original que siempre tenía la cara que pone uno cuando le está cayendo a una pelada teniendo una media de Ron Medellín encima.

Calificación de la mascota (de 1 a 10 Monsergas): 6. Era casi perturbador ver a Gardel revivido como un niño, pintaba para película de Wes Craven. 

Brasil 1989: Tico
Que el Sabiá o Jichitarumá (Turdus amaurochalinus) es una especie de ave paseriforme de la familia Turdidae, del género Turdus, es algo que sabe todo el mundo (?). Ahora, que un representante de dichos pájaros haya sido escogido como la mascota de la Copa América de Brasil 1987, es menos conocido. Y eso que la Copa del 89 está en la memoria de mucha gente por el título de Brasil después de mil años, por la delantera de Colombia con el Checho Angulo botando goles, con el último Uruguay calidoso, con Rubén Sosa, Francéscoli y Rubén Paz. Tico era bastante simpaticón, pero si notan, le hace falta un pequeño detalle: sí, ¿vió? ¡no tiene la verdeamarelha!

Calificación: 7. Lo mata el detalle de la camiseta azul Millonarios.

 Chile 1991: Guaso (???????)
Los únicos Huasos que uno conocía eran los que veía uno en Condorito, cuando le gritaban a algún campesino "Huaso Bruto". Ah, y así adivinaba uno que "Huaso" significaba "Corroncho". Por eso la extrañeza de ver que el símbolo escogido por Chile para su Copa América era, aparte de Huaso, un Guaso, y difuminado. Un Guaso en sfumato (?), con peinado alla Buenas Peras y que aparte lucía una estrella blanca a modo de pene, o qué sé yo qué querían decir los chilenos con su mascota. Aparte me imagino a los organizadores de eventos matándose para diseñar un disfraz de Guaso: "Mira weón, porqué no te traís unas tijeras para ver si le hacemos el efecto a éste traje de mierda pó". Una cagada.

Calificación:¡PLOP!

Ecuador 1993: Choclito

El Choclo (o mazorca) en Ecuador ha estado íntimamente ligado al deporte de la pelota desde que el conquistador Tupac Yupanqui fundó la ciudad de Tomebamba. Naaah, mentiras, es que ésto de la mazorca y el fútbol es una huevada (?). La particularidad de Choclito (la puta que el nombre se pasa de marica) es que es como los arqueros de Boca: no tiene manos. No sé si en Ecuador la mazorca (bueh, el choclo) es símbolo nacional, pero para éste evento da toda la impresión que los organizadores  se acordaron 3 días antes de la presentación: "¡¡¡Mierda, se nos olvidó la mascota del torneo!!!".

Calificación: Perdió el año.

Uruguay 1995: Torito

País ganadero y estanciero por antonomasia, los uruguayos escogieron a un Toro como símbolo para su torneo de 1995. Porqué no escogieron más bien una vaca se cae de maduro: imagínate un Vaquita aguantando el balón con sus tetas lecheras. Sea como sea, ésta mascota muestra algo de elegancia: no tiene la sonrisa pendeja de todas las otras mascotas; no demuestra tibieza ni mariconería (?) en el juego, tiene atitú. Además no usa guayos, sino guayopezuña, una reminiscencia de tantos defensas guadañadores que ha dado Uruguay al mundo. No la pifiaron, los charrúas, con su mascota.

Calificación: 8. Aunque hubiera sido más bacano que de mascota hubieran puesto 3 manes cagándose a patadas y la llamaran Tanganita.

Bolivia 1997: Tatú


Si a uno no le explican que esa rata peluda verde que maneja el balón con suficiencia es un armadillo, queda uno en las nubes. Lo termina de confundir a uno el nombre de Tatú, que de una lo transporta a una isla perdida en el oceáno y a un enanito gritando con voz nasal "El avióoon, el avióooon". Nada de eso lo asocia uno con Bolivia, sobre todo el detalle ese de la isla (?), pero leyendo se entera uno que a los armadillos se les llama así en el Altiplano, y que por eso les va como les va (?).

Calificación: 7. Original sí fué, pero qué vaina tan fea.

Paraguay 1999: Taguá

Y dále con el uso de la fauna local para promocionar un evento. Pero éste muñequito no sé que mierda será (?), pero es simpático. Es un animal abundante en el Chaco paraguayo, que se la pasa tomando tereré (yerba mate). La mascota, no el animal. Al muñequito le queda grande el balón, como al Tacuara Cardozo. Más autóctono hubiera sido llamarlo Isidro, Virgilio, Catalino o Celso, pero bueh.

Calificación: 8.
Colombia 2001: Ameriko (????)

Convengamos en que es meritorio dejar de lado la idea de la fauna o flora local para el diseño de la mascota. Ahora, establecido ese punto, la idea es una cagada chorreante de principio a fin: un bicho extraterrestre (???) de color azul venido del planeta Ko (!!!!!!!!!), que - transcribo el mensaje oficial de la organización -: "...es un extraterrestre turquesa con inmensos ojos azules y pelo parado. Tiene dos brazos y dos piernas diseñadas para correr, saltar y girar en ángulos rectos, tan rápido como se lo permita el aire (??). Siempre anda con un balón, un Biosat, un satélite vivo que pertenece a su anatomía, como un órgano externo que utiliza para sentir (Ah, bueeeee...). Viajó millones de kilómetros para llegar a Colombia a participar en la Copa América...". Salvo el detalle meritorio de que viajó millones de kilómetros para jugar en Colombia (bien ahí el compromiso con la selección (?)), todo el argumento se zampó en una ridiculez que genera más bien pena ajena. Tanto que la mascota no se dejó ver en todo el torneo. De pronto tuvo que devolverse al planeta Ko a atender una diligencia del DAS. O tal vez a visitar a una prima enferma en Pandora.

Calificación: 4. La melánge tercermundista de un Ziggy Stardust-futbolista-Avatar-criollo lo hace a uno preferir que los del Comité Organizador se hubieran acordado 3 días antes de la presentación: "¡¡¡Mierda, se nos olvidó la mascota del torneo!!!", y escogieran a Mazorquita.

Perú 2004: Chasqui

Todo un homenaje a Alejandro Toledo (?), el Chasqui (así se le llamaban a los mensajeros del Imperio Inca) también pasa la prueba. Además el detalle de la conjunción entre la correa de su bolso y la banda de la grossísima camiseta de la selección peruana, le da una originalidad que no cansa. Aunque la cara de "Señorita Laura, yo no soy el de ese video, es un montaaaje" le restaría puntaje, pero qué carajo, no seamos puristas (?).

Calificación: 8.

Venezuela 2007: Guaky



Una guacamaya gordita que juega fútbol. Mal ahí la Federación Venezolana, que no le monitoreó el estado físico previo a Guaky. Pero no importa, su entusiasmo indeclinable (?) es de admirar. Nah, que vá. Se durmió ahí Chávez, hubiera puesto un toque revolucionario a la mascota, pero el Presidente no es afín al fútbol, deporte propio de países imperialistas, a diferencia del béisbol (??).

Calificación: 5.
 Argentina 2011: Suri

Y no podía quedarse atrás Argentina con su mascota: un Ñandú. La verdad no he podido entender la relación del fútbol con los hábitat locales. ¿Alguna vez a alguien se le ocurrirá inventar una mascota que no tenga que ver con un animal o planta del país? Eh, sí, Amériko (?). No sé, pero mataría por ver que a un publicista brillante se le ocurra algo diferente a googlear el nombre del país + fauna típica y hundir en "Voy a tener suerte". 

Hagamos la prueba, a ver si le atinamos a la mascota de Brasil 2015...


domingo, junio 12, 2011

Comentarios/¿Consejos?/Verdades de a puño (?) para el blogger futbolero

Cuando uno se mete a bloggero de deportes, no sabe en lo que se está metiendo.  Puede que no se sepa porque en realidad uno no se mete a nada. ¿O sí? Ojo que no hablo de aquellas personas que se dedican en cuerpo y alma a crear, actualizar y mantener un blog o sitio web de fútbol con fines de periodismo y/o comerciales: hablo de aquellos que agradecemos los adelantos tecnológicos que han permitido que cualquier huevón como uno escribe cualquier huevada cada vez que el estudio/trabajo se lo permite, o entre paja y paja (?), la cual puede ser leída (en teoría) por millones de personas.

Yo llevo ya 4 años en ésto, sacándole tiempo a pedazos a ésta labor que empieza generalmente como una mamadera de gallo, y termina convirtiéndose en, eh... una mamadera de gallo, jejeje, no jodamos. Pero he conocido gente muy bacana e inteligente, incluso hasta siendo hinchas de Nacional (???), a través de los blogs. He visto escribir posts brillantes y casi gloriosos a gente que uno, si la viera en la calle, la juzgaría como incapaz hasta de tomarse una Coca Cola sin que se le derrame por la nariz. He visto blogs que empiezan con tanto impulso como el que le entraría uno a Shakira si la tuviera en bola en el cuarto de uno diciendo "Soy tuya, papi, hazme el Waka-waka", y a los 3 meses están más quedados que la carrera de Johnier Montaño. He visto las profundidades del averno y las delicías del Edén (???). Así que me tomé la libertad de emular a Reiner Maria Rilke (no, no es el que era puntero derecho de Borussia Dortmund en los 80, sino éste) y escribir éste epistolario, o más bien, postario (bueh), con reflexiones variadas del mundo (?) Blogger, de esa actividad inoficiosa que uno hace y que lo conlleva a escribir 4 horas seguidas de habladera de mierda sin que le deje la sensación a uno que perdió el tiempo.

Advertencia: ¡Ojo, putitos!

O sea: NO esperen consejos: no soy quién para pontificar acerca de nada. Aparte que para eso tengo menos autoridad moral que Andr*s P*str*na para hablar de lo mal que está el país, mis consejos son como un discurso de Pacho Maturana: rimbombantes e inefectivos. Me limitaré a transmitir mis vivencias (?) en el tema, que empezaron desde la época en que la mayoría de ustedes descubría los sentidos ocultos de su cuerpo (?). Si con eso no le basta y espera una solución al enredo en que se metió al comenzar un blog, se jodió.

Una instantánea mía cuando comencé en La Monserga. No tenía ni para el daguerrotipo (?)
Reflexión 1. Ser blogger no es lo mismo que ser escritor, nononono.
Para nada. Uno comienza con ínfulas de escritor, escribe cualquier texto elaborado que uno considera que sólo le falta ser firmado por ese maestro del arte de las letras llamado Gabriel Meluk (?) para ser publicado en un medio nacional, o hasta internacional. Después se asombra que nadie lo haya leído, o al menos, comentado. Pero se tranquiliza diciendo que su post vale su peso en Kb en oro. Al tiempo lo vuelve a leer y se da cuenta que en realidad escribió un bodrio más denso y sobrecargado que el volumen de juego de la selección Colombia de Pinto. Ya es tarde para corregirlo, pero temprano para darse cuenta de lo mucho que falta para pulirse. Con el tiempo te darás cuenta que te estás más pulido que cagada de sapo (?????), pero eso no es lo importante, sino el hecho de asumir que uno puede saber más o menos escribir, pero cuando uno escribe un post no está un Redactor corrigiéndote para taparte las cagadas. Así que puedes salir con algo como "Hoy el VERDE REY DE KOPAS ganó a Ramerica en el chiquero, jajajaja hijos nuestros son hijos nuestros seran, aguante el rey del mundo" y estás seguro que se publica, porque un blog tiene menos filtro que la oficina de contratacion de la Alcaldía de Bogotá.
Recomendación: escribir para pasarla bacano, que si sale algo bueno es un plus. Si sale algo que no se lee ni la mamá de uno para darle moral, al menos consuélese que está haciendo una actividad que lo distrae, diferente de hacerse la paja (?).
2. Hacer un blog no es el primer puntal para ser millonario (?)
Todos tenemos metas en la vida, tan sencillas como aspirar a tener la plata suficiente como para poder desayunarse todos los días unos omelettes con salsa de moras silvestres servidos sobre las níveas tetas de tus dos asistentes personales suecas. Pero para que eso pase tienen que conjugarse una serie triple matricial de eventos más complicado que aprender japonés a punta de fotocopias. Muy maluco uno empezar desde los 15 años con el blog, y a los 30 años viviendo aún con los papás y prometiéndoles "Viejos, tranquilos que éste año despega el blog y nos llenamos de-pla-ta ". Y tu mamá pensando "Ay, mijito, tan ilusionado el pobrecito". Y tu papá pensando "Si, gran marica: éste año el que despega eres tú, pero de la casa". Je (?).

Ahora: cosa muy diferente es (como dijimos al principio) pensar en vivir de tu blog y estar dedicado 100% (o casi) a él. Ahí sí, si sabes escribir y le pegas a lo que le gusta la gente, te puede ir bien. Eso sí, no esperes que tu sueño de sacar a la calle un picotazo con vallenatos de Diomedes Díaz o música de Darío Gómez en tu casa de Malibú o Marbella sea producto de escribir un post de "JAIRO PATIÑO HIJUEPUTA" cada 2 semanas.
Recomendación: No esperes el cheque de Adsense: pónte a camellar. Sí, a tí te hablo, gran marica (?).
3. El número de comentarios es relativo.
A veces la vida (?) te pone pruebas como la de ver como te zampas 3 semanas seguidas, buscando información bibliográfica acerca del módulo táctico utilizado por el Tottenham Hostpur de 1922-1923, te haces un cipote de post y te comentan 3 personas. O escribes un post con menos trabajo que las Coristas de Iván y sus Bam Band, y al día siguiente ves como tienes 85 comentarios.

La calidad de lo que escribes no va en el número de gente que te comenta: muy bacano que le comenten a uno un post. Pero si quieres ver muchos comentarios en un post tuyo, invéntate uno en donde hagas de pelada de 16-20 años y lo llames "¡Hoy es el día más maravilloso del resto de mi vida!". Si no te haces 30 comentarios por post (claro, todos los buitres en plan de levante) me hago monje cristiano maronita en el Alto Timbuktú.

Recomendación: Si vas a inventar un blog donde hagas de pelada de 16-20 años, me avisas para no caer como un marica...

4. Levantar peladas apelando a tu blog no es sabio (?)

A ver: puede que tener un blog de fútbol te parezca cool (?) pero el círculo en que eso se considere como tal es muy restringido. Y hay pocas peladas. Y las que hay, son sometidas a un machacante y constante asedio por parte de los varones, del cual generalmente la pelada se escapa consiguiéndose un novio barra brava que no distingue la Z de la X. Si es el caso usted puede que sea de uno de éstos dos grupos: 1) de los manes que levantan peladas a punta de parla y paciencia para escucharles las sandeces que hablan (?), y 2) de los manes que en su vida sólo se han levantado a la prima cuando jugaban al papá y a la mamá a los 6 años, y a la bagre del barrio, una noche en que estaba borracha y dándolo por un abrazo. Si usted es del segundo grupo, tenga en cuenta seriamente que ésto de los blogs NO es atractivo para las damas en general. O sea, depende del entorno: si tú estás en una rumba con las conocidas de las amigas de los amigos, el entablar conversación con la pelinegra de al lado en medio de la bulla y la media luz con "Te cuento que tengo un blog de fútbol, se llama "El Hincha es Pasión" y es taaaan charro! Imaginate que en éstos días hice un post burlándome de Cristiano Ronaldo, ese putito, je, y me comentaron 2 personas. Ve, y... ¿Te gusta el fútbol?"... garantizo que lo único que pondrás esa noche será 5,000 pesos para la carrera de tu amigo que te los pidió prestados para motelear con la pelinegra.

Recomendación: Salga. Tenga una vida. La PC es adictiva, esa hija de puta (?), pero no reemplaza una salida, el contacto, la toqueteadera, el levante físico con bluyineada (??) incluída.

Por todo lo anterior: ¿vale la pena tener un blog de fútbol? No sé: es cuestión de ver si se puede medir en términos de "vale la pena". Si uno quiere escribir, qué carajo, hay que escribir. Si uno no tiene la facilidad para escribir, mejor no hacerlo. Es cuestión de desdramatizar el asunto, disfrutarlo y vivir las cosas como se den. A menos que sea uno hincha de Santa Fé, con lo que el tema de "disfrutar" queda en las mejores intenciones...

domingo, mayo 22, 2011

Análisis estadístico-numerológico-étnico (?) de la selección Colombia por departamentos: la diversidad a full

Que la rosca paisa, que la rosca valluna, que la rosca bogotana... ¿alguna vez se habló de "la rosca santandereana" o de "rosca tolimense"? Claro que no, dirá cualquier mortal con más de dos dedos de frente, si allá el fútbol no-ec-sisssste. ¿O sí? ¿Quién puede decir que hay predominancia de tal o cual región del país en la selección Colombia? ¿Porqué tanta preguntadera, porqué, Diosssss? Porque así soy yo, me hago preguntas acerca del cosmos y del ser (?). A ver, a que nunca se han hecho ustedes las cuentas de cómo ha estado conformada historicamente la selección Colombia por regiones. O tal vez sí, con alguna variante del tipo "Hermano, con la selección plagada de esos paisas hijueputas nunca llegaremos a nada, uich" (?). Para resolver dudas como ésta, siempre tenemos a la mano al muy esforzado y bastante metódico Departamento de Estadística y Trigonometría Avanzada de LMDF, que ha hecho en exclusiva para el planeta entero el análisis del peso por regiones y ciudades de jugadores en todos lo tiempos en la selección. Peso estadístico, eh, porque si no Valenciano mandaba un sesgo hasta la mierda.
Colombia: un país de megaregiones. La selección: un rejunte de tetrahijueputas (?)
Lo primero que tienen que tener en cuenta antes de leer lo que sigue (compréndannos), es que no el estudio NO abarca toooooodos los jugadores de la selección en tooooda su glaucosa historia. Porque si no, tocaba dejar de tener una vida, pequeño detalle, con tal de hacer un post. ¿Y quién me devuelve la vida, ah? ¡Si muchos de ustedes tienen la mitad de años que yo y no han podido tener una! (?). Así que nos limitamos a los que han jugado al menos 15 partidos con la selección. El número de 15 partidos como corte, lo obtuvimos de una regresión lineal con variables exponenciales, una variografía detallada del número de partidos por jugador, y sobre todo, porque es el número mínimo que muestran en The Rec.Sport.Soccer Statistics Foundation, la fuente de la cual nos pegamos para tener los datos. El conteo y lo demás ya es de nosotros, eh, tampoco fué copypastear.

Ficha técnica (?):
  • Se usó un revolucionario software, llamado Excel, que permite sumar sin usar calculadora. Puta, cómo avanza el mundo. 
  • Se hizo el estudio con muchas ganas y tiempo robado al trabajo.
  • Margen de error: en ésta vida no hay errores, hay lecciones por aprender (?).
Aclarado lo anterior, veamos primero el listado completo de jugadores con su respectivo datos de ciudad y deapartamento de nacimiento, además de los partidos jugados y los goles convertidos.


See, se ve una que otra sorpresita. Como ver que el ente fantasmagórico de Barrabás Gómez alcanzó a jugar la misma cantidad de partidos en la selección que esa inmensa gloria prehistórica de Willington Ortiz, al que la vida le jugó la puñalada trapera de hacerlo jugar en los años en que compartía delantera generalmente con Rot Wailer, Dober Man y Chander Chapolo. O ver que John Viáfara tiene igual cantidad de partidos que Bernardo Redín (!!!). O el inconcebible caso de Arley Dinas, que es como el Reality de Supervivencia de Car*c*l: La Piedra Sagrada (?): tiene tantos juegos en la selección como (de pie otra vez, carajo) Ernesto Díaz y el Caimán Sánchez. Defintiivamente, Arley, si me estás leyendo: ve a besarle la pija a tu papá putativo, ese hijo de ídem del Cheque García, porque si no fuera por él tu carrera hubiera tenido el mismo destino que la de Melquisedec Navarro.

Ahora concretemos: veamos los jugadores por departamento, y ya vamos a tener material para sacar conclusiones.

Y empezamos, y me emociono con el maravilloso mundo de los números (?):
  • Como primera conclusión: ningún jugador de los siguientes departamentos ha jugado al menos 15 partidos con la selección: Amazonas, Arauca, Caquetá, Casanare, Cesar, Córdoba, Cundinamarca (!), Guainía, Guaviare, Huila, Meta, Putumayo, Risaralda (!!!), San Andrés y Providencia, Sucre, Tolima (!!!!!!), Vaupés y Vichada
  • No me imagino que el presidente de la Federación de Fútbol de Vaupés o Vichada lean ésto y enseguida convoquen una reunión a todos los cabildos y resguardos (?): "Vengan ya mismo en chalupa o a pie, el fútbol vaupesano está en cri-sis". Ahora, sí me llama la atención que departamentos supuestamente tradicionales como Tolima, Risaralda o Cundinamarca (no incluye a Bogotá D.C.) no hayan sido capaces de parir un nativo con aptitudes suficientes como para poder ser, mínimo, representado por el Ch*qui García y convocado para la selección en eliminatorias y amistosos sucesivos contra Honduras o Perú. Haciendo memoria durante una tarde dedicada al ocio, los miembros del Politburó nos acordamos de Dayro Moreno (tolimense), Rafael Castillo (risaraldense) o Sergio "El Checho" Angulo (tolimense), ninguneados en la selección cuando podían ser llamados, o aún pendientes de serlo. O sea: jugaron con la selección, incluso en torneos oficiales (el "Checho" Angulo se cansó de comerse goles en los 4 partidos que la selección jugó en la Copa América del 89), pero no alcanzaron la mágina cifra de 15 partidos, que de alguna manera sirve para filtrar y separar a los Chicho Serna de los Luis Alberto "Simipapinohubiesesidotécnicodelaselecciónhoysóloseríaconocidoenlatiendademibarrio" García.
  • Ahora viene lo de la rosca paisa (?): Antioquia es el departamento con mayor número de jugadores en la selección. Al menos 38 nacidos bajo la férula del Federalismo (?) han vestido la amarilla/roja/azul/zapote/blanca de la selección. Eso no sé si indica el predominio del fútbol paisa, o de los directivos paisas, o de ambas cosas, qué se yo. O del Sindicato Antioqueño, quién sabe, éstos se meten en todo. El jugador paisa con más partidos en la selección es el grandísimo (de pie, carajo, putos) Leonel de Jesús Álvarez, seguido increíblemente del gran (gran tronco) Luis Carlos Perea.
  • A Antioquia lo sigue Valle del Cauca, departamento que en éste momento atraviesa una vacuidad futbolística digna del argumento de un reality. Pero que han sabido albergar glorias futbolísticas como a Freddy Eusebio Rincón (¿no se han sentado todavía? Sigan de pie), Oscar Córdoba o Mario Yepes.
  • De tercero, tenemos a Magdalena. Increíble el caso del departamento del Magdalena, cuyo club representativo compone un símil de la mortandad en la psiquis colectiva (?), pero que ha sabido cubrir de gloria el fútbol colombiano. Empezando por el grandísimo (otro) e inconmensurable prócer de Carlos Alberto Valderrama Palacios, el jugador que más veces ha vestido la camiseta de la selección, pero no terminando ahí. Porque sigue la lista con el Pipa de Ávila, Jorge y Oscar Bolaño, Didí Valderrama, David Ferreira, Eduardo Emilio Vilarete, Hermenegildo Segrera, y uno que otro colado, como Radamel Falcao García (llora de pasíón uno que otro lector de Medellín en éste momento cuando lee ésta línea (?)), que es más cachaco que la traición (?), pero por ser hijo de su papá (es decir, porque su papá era un tronco que jugó en el Unión) nació en Santa Marta. 
  • Después vienen departamentos como Atlántico, Nariño (departamento cuyos genes futbolísticos están totalmente ligados a la costa Pacífica, porque en el Altiplano la ingesta de Cuy no genera aptitudes para patear el balón), Cauca (ídem Nariño), Quindío y Caldas. Y los solitarios casos de Santander (Luis Gabriel Rey), Boyacá (Freddy Guarín) y La Guajira, que no sólo le ha dado al fútbol colombiano a Jeffrey Díaz, sino al grandísimo (mejor quédense de pie todo el post) Arnoldo Iguarán.
Las ciudades de la Furia Amarilla

Ahora, revisemos brevemente los jugadores por ciudad de nacimiento:

Arrasa Medellín, lejos. Ah, ojalá escucháramos esa frase en las noticias deportivas más seguido, pero mejor sigamos (?): la bellísima ciudad otrora denominada "de la Eterna Primavera" (hoy es "el eterno Invierno" o "el Intermitente Verano") ha puesto más jugadores per cápita en la selección que cualquier otra ciudad del país, llámese Cali, Bogotá o Sincelejo (?). La siguen Cali y Santa Marta, y revisando los números de ésta última, nos damos cuenta del hecho que Número de Jugadores de Magdalena en la selección = Número de Jugadores de Santa Marta en la selección = 13 = el fútbol fuera de Santa Marta no essssiste. Y sí: no me acuerdo de algún otro famoso del Magdalena que no sea samario: el único que se me viene a la cabeza es Álvaro Lemmon, del Plato-Magdalena (?). De ahí para abajo vienen los casos pintorescos de municipios ídem, de esos que uno se imagina al pelaíto guiando al mochilero gringo "Caman, míster, ésta es la jaus de Jaime Castrillón, el player más famoso de Puerto Nare, very famous por jugar en la selección Colombia, y por unas photographs, jijiji, se le veía la ganzúa, jijiji" (?).
Los goles por departamento: ahí sí se ve el tocuén paisa (?). Tocuén es cuento. Paisa es paisa.
Y para terminar, miremos el rubro de los goles, eso que tan bien hacen nuestros artilleros cuando juegan en sus clubes. Falta el detalle de hacer los goles en la selección, pero por algo se empieza (?). Veamos la cantidad de goles y el promedio de goles por jugador/por región, y veremos cosas interesantes:
 

Y sí: a pesar que el contingente paisa es más numeroso, es de los menos goleadores. O sea: en cantidad total es superado por el Valle, que pasa a convertirse oficialmente (?) en el Departamento con mayor cantidad de goles en la selección Colombia. Pero si comparamos el promedio de goles por jugador (o sea, los goles totales de jugadores nacidos en un departamento entre la cantidad de jugadores) ahí sí Antioquia se va al carajo: sólo supera a Bogotá, Quindío, Cauca y Boyacá en cuanto a promedio de goles por jugador. El primer puesto en éste ítem lo obtiene La Guajira, por obra y gracia de un sólo individuo. Para los departamentos que tienen más de un jugador en la cuenta, los más altos promedios son Magdalena, Nariño, Valle del Cauca y Chocó. Y eso que en éste listado están incluídos goleadores (ejem, ejem) como Juan Pablo Ángel y Víctor Aristizábal (ejem, ejem). Todo lo anterior debería llevar a los directivos del fútbol antioqueño a reevaluar la dieta de los futbolistas, a disminuir la cantidad de arepa en los desayunos, a disminuir la ingesta de marihuana post-entrenamiento y, sobre todo, a hacer un estudio de caso en Santa Marta y Tumaco, a ver qué hacen allá para hacer tantos goles.

Y para eso, que me contraten a mí, que estoy dispuesto a pasarme un año seguido en Santa Marta, con los gastos de hotel pagos, obviamente. ¡Todo sea por el bien del fútbol! Pero soy tan de malas que me mandarán a Tumaco...


jueves, mayo 05, 2011

El fútbol y el amarillo: historias intrascendentes y trascendentes

Nota: Éste post se escribió originalmente como un artículo para la Revista Boulevard. Debido a que no se ha publicado (no sabemos si la revista o el artículo (?)), lo posteamos aquí. La idea surgió de Daniel Obagi, editor de la revista, que aportó algunas correcciones de forma. Para éste post, se modificó alguno que otro párrafo. Si publicaron el artículo, me avisan (?):

El fútbol es un deporte de multitudes desbordantes de pasión multicolor, diría Quique Wolff. Y añadiría “Pero qué leeeeeeeeeeeendo es el fútbol: el universo entero en pos de alcanzar el sueño del pibe vestido con los colores de sus héroes… seee, el amor por esos colores que tenemos impregnados en nuestro corazón por culpa de La Caprichosa…” Suficiente, gracias Quique. Pero tiene razón el viejo gagá  (?) ese: en el fútbol los colores pesan bastante, más que en otros deportes como, por ejemplo, el Tenis, que gira en torno al blanco y las 300 maneras de combinarlo con tonalidades bajas. O el Baloncesto o el Fútbol Americano, que se apegan a los colores tanto como de la franquicia y/o del patrocinador de turno. O como el golf, por poner un ejemplo de una actividad que no sea un deporte.

Decimos sin temor a exagerar (o sea, porque ya estamos acostumbrados a exagerar (?)) que en el fútbol los colores son tan importantes como el deporte mismo. Los de los clubes o selecciones: el rojo de Liverpool, Bayern München, Benfica o la selección española. La Azzurra italiana, la azul depresión de una importante cantidad de hinchas bogotanos, o el auriazul del club más grande de la Vía Láctea (mode-hincha colombiano de Vokita-off), el Boooooooca Shuniorssssssss. Y no sólo de uniformes hablamos: el colorido de la hinchada, el rojo de los balances financieros de los clubes, el blanco llorón del Real Moudrid. El verde césped. El fucsia de Cristiano Ronaldo. Y el amarillo, el color de… ¿de qué?

Si, ¡de qué! Por ejercicio le pregunto a mi mujer, que de deporte sabe lo mismo que el 90% de lectores de éste blog del arte de complacer a una mujer (?): "Amor, ¿qué piensas de los equipos de fútbol con uniforme amarillo?" y lo primero con lo que sale es: "Nah, son malos todos". Y sí: ¿qué hay con los equipos de color amarillo? ¿En realidad son todos una lágrima por simples razones de estadística? ¿O es simplemente que este color no inspira el prestigio que da uno cuya camiseta abunde en rojo emperador o blanco papal? La teoría se cae cual partidarios a la campaña Pardo Presidente cuando pensamos en Brasil y su imperial, multiganadora y avasallante verdeamarelha (que en realidad es una amarelha con detalinhos verdes). Pero esto puede ser una solitaria excepción a una regla que muchos en el mundo creemos (ya deberíamos formar la cofradía): salir a la cancha vestido de amarillo equivale a tratar de levantarse una vieja en una rumba diciéndole “Huy, se están cayendo los angelitos del cielo” (?).

¿Es tan así? A nivel internacional, quitando a los brasileños, sólo Australia en su continente ha ganado algo a nivel de selecciones, pero tengamos en cuenta que allá compiten contra Nueva Zelanda y los 11 no aptos para el rugby que logren juntar en Micronesia, Vanuatu, Fidji o Samoa. A nivel de clubes, sólo podemos hablar del glorioso Peñarol de Montevideo, que ha exhibido orgullosamente su camiseta aurinegra cinco veces en lo más alto de Sudamérica, y del Borussia Dortmund, único ejemplar europeo campeón en amarillo encendido.

Y en Colombia las cosas no son muy diferentes, nononono.

El amarillo triste de los clubes colombianos

Tengamos en cuenta que, históricamente, los clubes colombianos han tenido para la escogencia de sus colores menos inventiva que un cántico de un barra brava criollo. Por lo general abundan libres interpretaciones de las banderas regionales o municipales, cosa que sabiamente han evitado hacer los clubes bogotanos. Decimos "sabiamente" porque el rojo encendido y el amarillo aerosol de la bandera capitalina no permiten hacer una combinación cromática que resista con firmeza un guayabo dominical. Eso le resta puntos al amarillo como indicador de éxito: entre los clubes capitalinos hay 19 títulos nacionales (13 Millonarios, 6 Santa Fe) asociados con el rojo o el azul. Aparte de éstos en Colombia han ganado clubes de rojo (13 veces América, 6 veces Junior, 5 el Poderossso, una Pasto y Cúcuta), de verde (10 veces Nacional, 8 Cali, una vez Quindío), 4 veces uno de blanco, o más bien, de blanco-blanco: el Once-Varta-Cristal-Phillips Caldas de Manizales. Además fueron campeones una vez la combinación ajedrezada verde-blanco del Chicó, y un azulgrana, el Unión Magdalena (¡¡¡ Puta, Unión fué campeón!!! Ya lo sabía, pero siempre que piensa uno en ello lo tumba la cuasi-paradoja.).

Pero de amarillo sólo uno: el Deportes Tolima. Y eso, si somos jodidos para hilar fino no lo incluiríamos aquí, porque aparte que su color representativo es Oro (está bieeeen), en realidad el club ibaguereño ha tenido tantos cambios en el uniforme a través de su historia, que las tribunas del Manuel Murillo Toro tienen el privilegio de lucir un efecto pixelado que no tiene ningún otro estadio del país. Pero es una solitaria  victoria; el paso de los otros equipos vestidos de amarillo en Colombia ha sido largo y triste como clavarse una tarde a ver cine irlandés. Básicamente nos acordamos del Atlético Bucaramanga, club que ha convertido el hecho de ser hincha en un asunto más de orgullo regional que de pasión ganadora: no solo es uno de los pocos tradicionales que jamás ha quedado campeón, sino que ha sido el único en Colombia que ha descendido 3 veces a la B, record que seguramente superará al año siguiente que ascienda.

El Deportivo Pereira con su discreto Modelo 1970: recuerdo de años más felices. Nunca ganaron nada, pero bue, en cualquier situación debían estar más felices que ahora (?)

¿Dijimos "uno de los pocos tradicionales que jamás ha quedado campeón"? Bueno, aquí les tenemos al otro: el Deportivo Pereira, alias La Furia Matecaña, aka AyPereiritanomehagássufrirmás; el muy pasional pero poco ganador equipo de la capital risaraldense, ostenta orgullosamente su magro historial luciendo su uniforme amarillo encendido frecuentemente adornado con rojo ídem. La misma tonalidad que lucen los relativamente recientes Real Cartagena y Atlético Huila, siempre vírgenes. 

El único campeón colombiano de amarillo-amarillo lo fue por caprichos de algún diseñador despistado. Fue en la final del Torneo Finalización de 2004, que enfrentó a Nacional y al Atlético Junior. Pintaba para una final bastante pareja por el nivel de ambos equipos, pero los pronósticos se fueron a la mierda cuando en la ida los junioristas se despacharon con un llamativo 3-0 que ponía todo a su favor: bastándoles sólo tener cabeza fría en la revancha para ser campeones. Ah, pequeño gran detalle ese de la cabeza fría (?). Porque en el juego de vuelta, en un Atanasio Girardot colmado hasta los baños, el Junior salió a la cancha a jugar con una atípica e inesperada camiseta amarilla que nadie tenía en los registros, que bien pudiera ser la ropa de los entrenamientos o su pijama oficial. El hecho es que a los 5 minutos se notaba claramente que a cada jugador del cuadro barranquillero se le llenaba el culo de preguntas: ¿Qué hago aquí? ¿A qué hora termina esto? ¿Yo sí tengo pasta de campeón? (?). Y se notó en la cancha: al minuto 68 ya el partido iba 5-1 a favor de los locales, que le habían pegado un baile impresionante a la atribulada defensa tiburona, que ese día no era capaz de agarrar ni un billete de $50,000 tirado en el área. Los salvó de una lechoneada histórica el rústico pero voluntarioso defensor argentino, Walter Ribonetto, que quiso dejar su huella en el fútbol colombiano (aparte de las que dejó en los tobillos de varios delanteros ese año), metiendo el pie en el momento justo para dejar el partido con un 5-2 que llevaba la definición del título a los tiros desde el punto penal. Instancia en la que fueron mejores los jugadores de Junior, que celebraron alborozadamente con más alivio que alegría (si perdían así ese campeonato eran empalados todos en el puente Pumarejo), y de paso eliminaron para la estadística un fracaso más de los equipos de amarillo. Por poquito.


El día de la cuasi-amarilleada

Amarillo pollito: la selección Colombia

Pocos se acuerdan que la selección Colombia jugó de amarillo entre 1970 a 1975, época que no precisamente coincide con años gloriosos para nuestro vapuleado representativo. Antes de eso nuestros gladiadores (mode-Caracol-on) salían a las canchas vestidos de azul y blanco, o de azul y azul, o de rojo y negro. Pero de amarillo, nones. Hasta 1970, año en que debutó ese color en nuestra selección para un amistoso contra Inglaterra en que perdimos 4-0. En ese lapso de tiempo jugamos 14 partidos de los que perdimos 12; pero si quiere elucubrar acerca del efecto nocivo de la camiseta amarilla en esos tiempos pare la mano: nuestro potencial futbolístico de esos años no soporta cábalas positivas o negativas, que igual podíamos jugar con la armadura de Robocop y nos metían todos los rivales la mano en el culo.

En 1975 la Federación decidió adoptar para nuestra selección un revolucionario y completamente incomprensible uniforme compuesto por camiseta naranja con pantaloneta negra, como si se pretendiera que por asociación psíquica con la Naranja Mecánica holandesa, nuestros muchachos salieran a la cancha imbuídos del espíritu del Fútbol Total. El asunto es que sea por el tipo de tela, por las preferencias de los diseñadores, o por las tendencias vintage imperantes en la época, más que naranja, ésta venía siendo una tonalidad zapote tropical apagada, que se usó por primera vez en la Copa América en la que quedamos subcampeones. ¿Y el amarillo? Bien, gracias: sólo se dejaba lucir en la banda tricolor que, para colmo del mal gusto, cruzaba en diagonal el uniforme (!!!). Para 1983 retornó el amarillo (entre 1987 y 1991 como alternativa detrás del rojo), y con él comenzaron a surgir buenos jugadores, técnicos sensatos, buenas actuaciones, resultados históricos, clasificaciones a mundiales. ¿Y los títulos? Bien, gracias. Ah, el de la Copa América 2001...

Colofón (?)

No sé ustedes, pero yo me animo a sacar una conclusión: el amarillo será muy lindo y soleado y alegre y caluroso y tropical y animado y es mi patria y es maicena y todo lo que quieras, pero en fútbol no va, al menos en Colombia. Lo que sí produce es alegría para los rivales, parece. La historia no miente: el amarillo no inspira, el rival que le gana a uno va de rojo o de negro o de azul o de blanco. Me atrevo a profetizarlo (y me estoy poniendo de pie ahora mismo y miro a lontananza): ni el Bucaramanga ni el Pereira pueden aspirar jamás a ser campeones luciendo los estandartes cromáticos de un pollito o de un solecito. Lo más sensato que deberían hacer las directivas de esos clubes es cerrar todo, resetear la institución y comenzar de cero retando hasta al Barcelona a jugar por las 3 canastas de pola vestidos de blanco o de rayas rojas y negras. Lástima que el mundo se acaba en 2012 y no veremos si tengo la razón (?)