Editorial: La Marcha del DIM, por la dignidad. Puto el que no vaya

Aquí en LMDF nunca hemos hecho un editorial. Durante los más de 5 años de historia de éste blog nos hemos dedicado a hablar de lo que se nos de la gana, sin compromisos con ningún medio partidario, desdeñando las ofertas que nos han hecho en repetidas ocasiones Rupert Murdoch, Mark Zuckerberg, SoHo, Postob*n, Wikileaks, La oficina de Prensa de Su Majestad Juan Carlos I de España, La Mega, Diario del Otún, Restaurante Bar Night Club Ensueños, F*x Sports y Q´hubo. Ésto nos ha llevado a tratar temas que abarcan desde el corte de pelo de los jugadores británicos en los 70 hasta las batallas campales en canchas sudamericanas de los últimos 30 años. Y, como saben bien ustedes, todo el Politburó, todito, en pleno, es hincha furibundo, ferviente, acérrimo del DIM, del Medallo, del equipo del pueblo, del Rojo de Antioquia. De ese sufrido equipo que ha hecho que el corazón de la mitad de la ciudad se haya endurecido con una coraza a prueba de cualquier guerra nuclear. De ese club en teoría ninguneado pero en el fondo temido por parte (parte, insisto) de la hinchada del verde: esa parte que se ha formado bajo la sombra del 89 y que se hace un juego de rol con su club pensando que es Boca Shuniors pero en tono limón. 

Así que hoy va a ser el primer Editorial. O bueh, algo así. Porque queremos resaltar, primero, un hecho cierto: la hinchada del DIM está mamada del presidente de la institución. Está harta, fastidiada, cansada, fuera de sitio, con un señor llamado Jorge Osorio "Loshinchasnovenlascosasquesacrifiquéporelequipo" Ciro. Un llamado médico que atiende al Poderoso DIM como un paciente terminal: dándole pastillitas para que el club vaya no se muera sino hasta el momento en que la muerte sea inevitable. Manejando las contrataciones del equipo con una falta de criterio tal que ahora mismo nuestra nómina está más devaluada que una acción de Megaupload. Porque lleva año y medio vendiendo humo con eso de "vamos a promocionar juveniles", el verso que todos sabemos, significa "no vamos a contratar a nadie porque ahí tenemos mano de obra barata, ji". 

Política que ha resultado en que el club esté ahora mismo sintiendo en el culo la lava ardiente de abajo, del averno. El equipo viene dando tumbos desde hace año y medio, primero ¿dirigido? por ese volcán de decisiones equivocadas llamado Pánzer Carvajal, luego por un confuso Víctor Luna, después por el desmoronado Teacher Berrío, y hoy por el Bolillo Gómez, que hace lo que puede con una nómina que en su 90% mucha gente acusa de falta de ganas, y éste servidor insiste en que está es más que todo llena de torpeza innata. Los hinchas, en casi plena mayoría, queremos ver a Ciro fuera del club para ver si enderezamos el camino, ahora que podemos. No pretendemos que haga como el rival de patio, que llamó en Enero a Messi a sondearlo en medio de sus vacaciones (?); pero que, al menos, se refuerce el equipo con gente que permita que no se quemen los pocos juveniles que estamos sacando.

Y como consecuencia de lo anterior, la hinchada se rebotó, pero de la manera en que nos debemos rebotar; pacíficamente. Hoy se convocó una marcha, antes del partido contra Tolima, convocada por diversos grupos que buscan un cambio en la institución, y divulgada de boca en boca y por redes sociales, con el objetivo de pedir que el equipo sea liberado de Jorge Osorio Ciro. Y la hinchada caminará, pacificamente, protestando por la crisis actual del club y tratando que haya un cambio promovido por el rechazo unánime de la gente. Es decir: el pueblo ejerciendo el derecho que da la democracia para cambiar el mundo positivamente. Muy bonito en las palabras, y ojalá que sea igual en los hechos. 

No esperamos que en medio de la marcha, desde el balcón de su casa, salga Ciro a anunciar que, de verdad, todos tenemos la razón, y por eso va a renunciar hoy a la noche. Sabemos que va a ser todo como parto de coneja preñada de burro, que probablemente terminemos éste semestre cagando fuego. Lo importante es que la hinchada deje en claro que ya estamos hartos que nos sigan queriendo meter el dedo en la boca. Que dejen de vendernos espejitos de colores para justificar que la plata se va por otro lado. A la hora en que éste post sale a luz la marcha se estará iniciando desde la Biblioteca Pública Piloto, a la que no podré ir, lamentablemente (motivos estomacales traídos de países extranjeros). Y ojalá todo termine bien, en paz, y con el alma de la hinchada al menos con algo de esperanza. Ojalá hinchas de otros clubes se animen a hacer algo similar, si lo amerita. Es una manera de cambiar éste podrido, anquilosado, decadente, informal, deformado, mal manejado, insano y ordinario fútbol colombiano.